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Legalización del cannabis aumenta su consumo diario y problemáticas de salud

Varios estudios han evidenciado la relación entre el consumo de marihuana y el riesgo a padecer trastornos psiquiátricos

cannabis

El Informe Mundial sobre Drogas 2022, creado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, determinó que la legalización de cannabis, en algunas partes del mundo, aceleró el consumo diario y las consecuencias relacionadas para la salud.

De acuerdo con el estudio, alrededor de 284 millones de personas de entre 15 y 64 años de edad, en todo el mundo, consumieron drogas en el 2020, es decir, un 26% más con respecto a la década anterior. “En África y América Latina, las personas menores de 35 años representan la mayoría de quienes reciben tratamiento por trastornos relacionados con el consumo de drogas”, dice el informe.

“Las percepciones erróneas sobre la magnitud del problema y los riesgos relacionados a este consumo, están privando a las personas de los servicios de atención y tratamiento, y conduciendo a la juventud, hacia comportamientos peligrosos”, manifestó la directora ejecutiva de UNODC, Ghada Waly.

En Costa Rica, el pasado 6 de octubre, el Poder Ejecutivo presentó a corriente legislativa el proyecto de ley 23.383, que pretende legalizar el uso recreativo del cannabis, ya sea fumado, inhalado, comestible, masticable, bebible o sus productos derivados.

La ley regulará además de su consumo recreativo, el cultivo, producción, distribución, venta y tenencias de cannabis psicoactivo para uso recreativo, y únicamente en población adulta. Por persona, la tenencia legal sería hasta de 30 gramos de la planta o resina de cannabis sativa o marihuana.

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Educar sobre su consumo es uno de los objetivos de la propuesta

Según el texto de la iniciativa, con esta propuesta, se busca proteger a las personas del vínculo con el comercio ilegal de cannabis, el narcotráfico y el crimen organizado y de consecuencias para la salud por un problemático uso de sustancias psicoactivas.

Otro de los objetivos es “educar, concientizar y prevenir el consumo de cannabis y sus derivados para fines recreativos y generalizados, por parte de personas menores de edad”, indica el proyecto.

Pero, ¿cómo lo logrará? Según el Poder Ejecutivo, el Estado sería el encargado de crear campañas de concientización y de comunicación sobre uso responsable para preservar la salud, así como programas de sensibilización para los organismos de seguridad pública.

El Ministerio de Salud será la autoridad reguladora, encargada de funciones como: otorgar licencias, autorizar clubes sociales de consumo de cannabis, determinar y ejecutar las sanciones que imponga, entre otras.

Con respecto a los espacios donde estaría prohibido el consumo de cannabis recreativo, el proyecto indica que las cafeterías y clubes sociales de consumo que así lo deseen, podrán solicitar permiso. Entre los sitios donde estará prohibido, se encuentran: centros hospitalarios, de trabajo, entidades de derecho público, centros comerciales, casinos, clubes nocturnos, discotecas, bares, restaurantes, instalaciones deportivas, elevadores, centros educativos, centros culturales y medios de transporte.

Tampoco se podrá hacer publicidad o promocionar el consumo de marihuana recreativa, ni las empresas productoras podrían patrocinar eventos deportivos y culturales.

Dentro de los objetivos de esta propuesta, también se encuentra el factor economía. Con la aprobación del proyecto el Gobierno realizaría mecanismos para promover la inversión extranjera, y el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), promocionaría al país como un destino turístico para el consumo responsable de cannabis.

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Relación con trastornos psiquiátricos es evidenciada en diversos estudios

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Sin embargo, varios estudios, de acuerdo con el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIH por sus siglas en inglés), de Estados Unidos, han asociado el consumo de marihuana con un mayor riesgo de trastornos psiquiátricos, como la psicosis, y también, la depresión y la ansiedad.

Por ejemplo, se ha descubierto que las personas que consumen marihuana y tienen una variante específica del gen AKT1, tienen un mayor riesgo a sufrir psicosis.

Asimismo, un estudio encontró un mayor riesgo de psicosis entre personas adultas consumidores de marihuana en la adolescencia, y que además, tenían la variante del gen catecol-O-metiltransferasa. En el caso de los pacientes que sufren esquizofrenia, el consumo de cannabis empeora el curso de la enfermedad.

Por otra parte, de acuerdo con el NIH, se han reportado asociaciones entre el consumo de marihuana y los pensamientos e intentos suicidas, en adolescentes. Se ha asociado también, con el síndrome amotivacional, que es la falta de motivación para realizar actividades.

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Efectos a corto y largo plazo del consumo de cannabis

De acuerdo con la Dra. Maureen Acuña, de la Comisión Institucional sobre el Cannabis, del Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), este año hay un repunte en las atenciones brindadas por la institución, a personas consumidoras de marihuana.

“Al 08 de septiembre datos del Proceso de Investigación de IAFA evidencian que se ofrecieron 10.298 atenciones, lo que evidentemente refleja que hay un aumento importante en la cantidad de personas que busca ayuda en la institución para tratar su problemática de consumo. Si se comparan estas 10.298 atenciones, con respecto a las del 2021 la diferencia es de 6401 atenciones más”, mencionó Acuña, quien trabaja en el Centro de Atención Integral en Drogas (CAID) de San Carlos.

Estas personas que son atendidas, son de rangos de edades distintos. De acuerdo con la doctora, consultan por problemas de alimentación, síntomas ansiosos y depresivos, y en general, expresan que han tenido síntomas desagradables y molestias.

Con respecto a los efectos a corto plazo del consumo de esta sustancia, el psicólogo especialista en neurociencias, el Dr. Juan Carlos Brenes, explicó: “Las personas perciben la relajación porque la sustancia tiene efectos ansiolíticos, algunas personas usan el cannabis para ayudar a conciliar el sueño, sensación de somnolencia, desinhibición a nivel emocional en la esfera del humor, sienten que las cosas se aprecian más graciosas, más agradables, algunas personas experimentan cambios a nivel de percepción, enlentecimiento del tiempo porque se vuelve más elástico y otro grupo presenta ansiedad, taquicardia y síntomas fisiológicos más intensos que no son los que la persona esperaría cuando consume cannabis”.

Añadió que el consumo habitual, puede llevar a las personas a necesitar ayuda médica por la ingesta aguda de la sustancia. 

En cuanto a los efectos a largo plazo, Acuña señaló que los problemas depresivos y ansiosos, podrían con el tiempo convertirse en un trastorno depresivo o ansioso. “Esto va a depender de la cantidad del consumo y de la frecuencia con que se use la sustancia e incluso la calidad de la misma. Si las personas tienen padecimientos de fondo podría haber complicaciones a nivel pulmonar, alteración de la memoria, podría presentarse brotes psicóticos, es decir pérdida de contacto con la realidad, adormecimiento constante durante el día hasta no conciliar el sueño por la noche o sueño no reparador”, dijo.

Afectación en el cerebro

El desarrollo del cerebro también es afectado al consumir cannabis, de acuerdo con el Dr. José Luis Valverde, médico de Casa JAGUAR. “En el caso de las personas jóvenes el cerebro se está desarrollando de manera activa y seguirá haciéndolo hasta los 30 años aproximadamente. Consumir cannabis durante los primeros años de la adultez dañaría el cerebro y su desarrollo se alteraría, lo que provoca secuelas en el desarrollo físico y cognitivo, así como trastornos del comportamiento”, enfatizó Valverde.

Algunas lesiones que se pueden dar en el cerebro por esta práctica, es la reducción del área frontal, que repercute en las capacidades de las personas. También, según la psicóloga del IAFA, Paula Picado, las investigaciones estiman que tres de cada 10 personas que consumen esta droga, tienen trastornos.

“El riesgo de desarrollar trastorno por consumo de esta sustancia psicoactiva es mayor en las personas que comienzan a consumirla antes de los 18 años, sobre todo cuando el uso es más frecuente. Esto porque la adolescencia se produce un desequilibrio entre el nivel de la maduración de las estructuras cerebrales implicadas en el proceso de la recompensa. Se presenta entonces dificultad de concentración, conflicto para mantener la atención, trastornos de la memoria, el lenguaje y el aprendizaje, dificultad en la toma de decisiones, dificultad empática e impulsividad", detalló Picado.

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