Por: Raquel Blanco, Socia de Grant Thornton
Llevamos cerca de cuatro meses escuchando en nuestro día a día la palabra crisis. Pero qué significa en realidad esta pequeña pero poderosa palabra. De acuerdo con la Real Academia Española, “crisis” es un cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación, o en la manera en que estos son apreciados. Enfocándome en la última parte de esta definición, creo que muchos de los sectores de nuestro país se han visto afectados económicamente. Sin embargo, a pesar de esto, hemos vislumbrado nuevas ideas, nuevas formas de hacer negocios, ideas creativas para salir adelante y poder mantener el trabajo de muchas personas. Hemos tenido que adaptarnos a nuevas realidades, haciéndonos salir de nuestra zona de confort, acostumbrándonos a video llamadas, supervisión remota y adecuando la forma habitual de trabajo a nuevas metodologías.
¿Podríamos ver entonces esta “crisis” como una oportunidad?
Si bien en muchas áreas hemos sido afectados y no podemos tapar el sol con un dedo; en otras ha sido una gran oportunidad y forma de hacer nuevos negocios, hemos observado un crecimiento importante de las ventas en línea, la determinación y creatividad de pequeños negocios, y emprendedores desarrollando nuevos productos que van desde mascarillas de tela hasta accesorios para no lastimar nuestras orejas con el elástico, así como el crecimiento en el consumo de productos nacionales, sin dejar de lado el teletrabajo que muchas empresas tenían en segundo plano.
En el ámbito familiar también ha sido un reto, padres reacomodando su agenda y logrando un balance con su nuevo rol de tutor o maestro, dando soporte a sus hijos por las clases virtuales, reorganizando las tareas en la casa, y en la mayoría de casos saliendo adelante, con el crecimiento de entender los roles diarios de los distintos miembros de la familia, que en muchos casos ignorábamos o minimizábamos.
Una crisis no tendría tanto impacto si podemos dejar de ver el lado malo u oscuro y nos enfocáramos más a ver cómo podemos redireccionar ésta. No olvidemos que cada situación que pasemos tiene un enseñanza y propósito, y está en cada uno(a) determinar de cuál lado inclinamos la balanza.
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