Por: Rocío Rodríguez Castillo, Licenciada en Comunicación
¿Cómo es que en Costa Rica cualquier niño mayor de 10 años puede comprar en farmacias la pastilla del día después? Digo, para una niña de cuarto grado de la escuela, es el día después de qué, si se supone que a esa edad los niños no deberían tener relaciones sexuales.
Es más, de acuerdo con nuestra legislación, tener relaciones sexuales, consentidas o no, con personas menores de 12 años es un DELITO punible con penas que van desde los 2 hasta los 10 años de prisión (Artículos 156, 159, 160 y 161 del Código Penal). Entonces, ¿qué hace una niña de 10 años comprando una pastilla del día después?
En esas edades, ¿no debería la educación sexual centrarse en la afectividad y en el valor de la espera? Esperar a que tanto su cuerpo como sus emociones hayan madurado más y estén más preparados para disfrutar plenamente su sexualidad y su afectividad.
Por más que en este mundo “light” en el que todo perdió sentido, nos quieren convencer de que el sexo es poca cosa, que se trata sólo de placer sin afecto y de que nuestro cuerpo está desligado de nuestros sentimientos, todos sabemos que no es así. Los seres humanos fuimos creados para amar y anhelamos una relación verdadera que nos permita entrar en auténtica comunión con otra persona. Por eso somos capaces de enamorarnos, de apegarnos, de vivir el amor y el desamor intensamente, de sufrir terriblemente con las rupturas. Quien ha pasado por eso, sabe que un niño de 10 años no está preparado para enfrentarlo.
Por eso, a esas edades y si nos preocupa el inicio prematuro de la vida sexual de nuestros niños, la educación sexual debería enfocarse en el valor de la espera, la dignidad del cuerpo humano y la prevención del abuso. La biología ya es parte de la clase de ciencias.
Es muy preocupante el hecho de que en Costa Rica, las dos terceras partes de las niñas que han tenido relaciones sexuales antes de los 15 años, las han tenido con parejas al menos 5 años mayores que ellas, de acuerdo con la II Encuesta Nacional de Salud Sexual y Reproductiva presentada por el Ministerio de Salud en diciembre del 2016.
Es increíble que las autoridades del Ministerio de Salud, del INAMU y del PANI ignoren estos datos y no los consideren a la hora de promover la venta indiscriminada de la pastilla del día después. Si la gran mayoría de las niñas están iniciando su actividad sexual con personas mayores, ¿no les están facilitando las cosas a estos pervertidos? Ya no tendrán que preocuparse por un embarazo, no tendrán que sufrir los efectos secundarios de nada y su delito permanecerá oculto porque ¡qué maravilla! no se requiere ni receta médica. Mandan a la chiquita o van ellos mismos con la plata a la farmacia y asunto resuelto: el abuso puede continuar. ¿Cómo se supone que esto sea una conquista femenina?
Si al menos se exigiera receta médica para adquirir la anticoncepción de emergencia, el médico podría indagar a su paciente de 10 años, presentar una denuncia si fuera del caso y detener al abusador. Pero parece que a nuestras autoridades no les interesa eso, no interesa llegar a la raíz del problema: el abuso sexual a menores.
El dar acceso libre a la pastilla del día después a partir de los 10 años de edad, sin receta médica y sin el conocimiento de los padres fomenta la sexualidad sin responsabilidad y promueve y perpetúa las situaciones de abuso sexual a menores.
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