Por: Ramón Yglesias Piza, abogado
En algunos buses que cubren las rutas en San José, se coloca una linda imagen de una mujer negra y joven, agradablemente ataviada con atractivos colores, que advierte: “Si estás embarazada y tu salud o tu vida están en riesgo podría necesitar un aborto terapéutico”. La publicidad está patrocinada por el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (CIDH) y el Gobierno de Suecia.
Dejando de lado el error de redacción del texto (que usa incorrectamente las conjugaciones verbales), también resulta inaceptable la intromisión extranjera en cuestiones tan sensibles para nuestro país y que contradicen nuestra legislación y nuestros valores más importantes.
En Costa Rica no existe el derecho al aborto. Tampoco está reconocido tal derecho en ninguno de los instrumentos de derechos humanos que se han emitido en el mundo a lo largo de la historia. En ninguno. Este dato, que he investigado personalmente, fue confirmado recientemente y de manera oficial por la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos que en la sentencia “Dobbs vs. Jackson” lo estableció categóricamente y por ello derogó las sentencias “Roe vs. Wade” (1973) y “Planned Parenthood vs. Casey” (1992) que reconocían el aborto libre hasta la semana 24 del embarazo.
Un poco de historia
En 1973, la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos emitió el fallo “Roe vs. Wade” que estableció el derecho irrestricto al aborto libre hasta la semana 24 de gestación (6 meses). Según la sentencia, ese derecho se deriva de la 14ª enmienda de la Constitución Americana que dice, en lo que interesa, lo siguiente: “… tampoco podrá ningún estado privar a una persona de su vida, libertad o propiedad, sin un debido proceso legal…”.
A pesar de la forzada interpretación, no fue sino hasta el 2022, que la misma Corte Suprema emitió el fallo “Dobbs vs. Jackson”, en el que definió que, contrario a lo que se indica erróneamente en Roe vs. Wade, la 14ª enmienda no reconoce el derecho al aborto. Además, el fallo hace un análisis jurídico e histórico con el que demuestra que las leyes de los Estados Unidos nunca han reconocido el aborto como un derecho y, al contrario, siempre han establecido la protección de la vida. Tampoco los instrumentos de derechos humanos reconocen el aborto como un derecho, sino que más bien protegen la vida desde la concepción. La Corte no hizo un análisis moral del aborto, únicamente definió que, al no ser reconocido como un derecho constitucional, los estados federados pueden regularlo libremente. Con este último fallo, la Corte devolvió a los congresos estatales la potestad para regular el aborto, para que puedan restringirlo, permitirlo o regularlo, sin que la Constitución les imponga ninguna obligación para aceptarlo. Con esta declaración no quedan derogadas las leyes que permiten el aborto en los Estados Unidos; simplemente se devuelve a cada estado la potestad de legislar sobre este tema. Muchos estados emitieron ya normas que lo regulan o lo restringen.
En Costa Rica no existe un derecho al aborto
El llamado “aborto terapéutico” no es un derecho, porque en nuestro país se protege la vida del ser humano desde 300 días antes de su nacimiento. Nuestra Constitución Política establece que “la vida humana es inviolable”. Por eso, provocar un aborto siempre será un delito.
Ahora bien, hay un caso en que el aborto, aunque sigue constituyendo un delito, “no es culpable” y es cuando es practicado “con consentimiento de la madre”, “con la recomendación del médico” y “cuando es el único medio para preservar la salud o la vida de la madre”. Deben darse las tres condiciones simultáneamente y sólo será admisible la exculpación si no existe otra alternativa que permita salvar la vida de ambos. No lo puede aplicar el médico sin consentimiento de la madre (ella podría pedir que salven al bebé); tampoco lo puede pedir la madre contra la recomendación médica y tampoco se puede realizar si hay opciones para salvar la vida de ambos.
El avance actual de la medicina ha permitido que sea muy remota la posibilidad de encontrarse ante esta encrucijada tan extrema. Además, cada día es menos frecuente por el tratamiento prenatal y los avances quirúrgicos. Es indudable que el médico, en el ejercicio de su responsabilidad, indicará a la madre la existencia del riesgo y la posibilidad de tomar la difícil decisión, pero actualmente, las posibilidades para que tal cosa ocurra son realmente extraordinarias.
Según un estudio de la Universidad de Costa Rica[1], entre el año 2000 y el 2017 se produjeron en Costa Rica 386 muertes de mujeres embarazadas, lo que equivale a 22 mujeres por año. Sin embargo, las muertes por razón del embarazo se reducen a 29 en ese mismo período, lo que equivale a menos de 2 mujeres por año. Además, gracias a los avances científicos y a la atención prenatal, el número de muertes se ha venido reduciendo notablemente cada año.
Por eso, la publicidad que se está haciendo en los buses en tendenciosa y engañosa, porque promueve una falsedad y un acto gravemente contrario a nuestros valores y leyes, al afirmar que en Costa Rica existe el derecho al aborto. Pero es aún más grave que esa promoción la estén patrocinando gobiernos extranjeros y entidades internacionales que deberían respetar la soberanía y la autodeterminación de las naciones. Las imposiciones por parte de organismos internacionales o naciones extranjeras violan nuestra soberanía y nuestra libertad.
Las madres embarazadas necesitan apoyo, atención y cuidado. Las madres en estado de pobreza requieren acompañamiento y los niños deben ser apoyados por su familia (madre y padre) para crecer y desenvolverse mejor. Un apoyo en ese sentido sí sería razonable y bien acogido.
Los organismos internacionales y las naciones extranjeras deben respetar la vocación por el respeto a la vida en Costa Rica y las colaboraciones deberían estar orientadas en ese sentido.
[1] https://radios.ucr.ac.cr/2019/01/doblecheck/mujeres-en-costa-rica-si-mueren-por-embarazos-aunque-el-diputado-jonathan-prendas-diga-lo-contrario/
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