El superávit acumulado no gastado reportado por parte de 269 instituciones del sector descentralizado suma ¢4,3 billones, lo que representa un 12,4% del Producto Interno Bruto (PIB).
Así lo señala un informe de la Contraloría General de la República (CGR), que también indica que de esa cifra, ¢1.996.513 millones corresponden a superávit libre, es decir, dinero que está disponible para diversos fines, y ¢2.326.425 millones a superávit específico, que son destinados a proyectos establecidos por ley.
Según explicó Gerardo Corrales, economista y profesor de Lead University, la parte de los superávit que no esté comprometida, el gobierno la puede utilizar para financiar su gasto o atender pagos de deuda, estimada para finales del 2021 en el 80% del PIB.
“Es ideal utilizar estos fondos en amortizar deuda, para así reducir el componente de intereses que ya supera 5% del PIB”, enfatizó Corrales.
Para el analista financiero Daniel Suchar, todos los superávit son importantes para poder pagar la deuda, “el tema es que sean dineros que realmente estén en efectivo y que no sean transacciones financieras; que esté disponible y se pueda usar”.
“La situación económica del país se puede resolver utilizando todo su dinero para bajar la deuda cara y quedarse solamente con las tasas de interés baratas”, aseguró Suchar.
Cómo mejorar la situación económica
A criterio del consultor en análisis económicos, Juan Pablo Arias, la situación económica no se va a resolver con el dinero de los superávits, sino con modificaciones a las instituciones públicas y al Gobierno en sí.
“Hay que hacer una variación integral respecto a la forma en que se calculan los salarios, la forma de contratación y despidos. En este momento despedir un funcionario público es muy costoso, esa es una de las razones por las que Japdeva está teniendo problemas para bajar su planilla, porque legalmente están muy comprometidos para hacer ajustes salariales y de personal”, comentó Arias.
El experto añadió que Costa Rica necesita hacer grandes cambios pensando en una reestructuración económica a largo plazo, que permita un equilibrio fiscal y monetario del país durante los próximos 15 o 20 años.
Por su parte, Corrales externó que lo primero que debe hacer el Gobierno es dejar clara y explícita cuál es la propuesta de negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que al menos debe generar un ahorro del déficit primario en cinco puntos del PIB al 2023.
“Con ese plan aprobado, las puertas de las entidades multilaterales se abren para conseguir recursos más blandos en tasas y plazos para sustituir deuda interna. De manera paralela, el Gobierno debe ser explícito con medidas, fechas y responsables de un plan de reactivación económica”, dijo el experto.
Entre las alternativas que el Gobierno puede tomar para mejorar la situación económica, Suchar mencionó flexibilizar y mejorar el ambiente empresarial, con el fin de que las compañías puedan seguir invirtiendo y con ello abrir puestos de trabajo en el país.
“Se necesita facilitar trámites, bajar impuestos y lo más importante: no estar detrás de empresarios sembrando miedo con que les van a cerrar”, sostuvo el analista financiero.
Añadió que bajar la tasa de interés para que los créditos sean mucho más apetecibles hacia los empresarios, puede hacer posible que las personas busquen consumir más bienes y servicios dentro del país.
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Marianela Sanabria Leandro
Periodista Licenciada en Producción de Medios de la Universidad Latina de Costa Rica. Locutora comercial formada en el Instituto Nacional de Aprendizaje.
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