Para lograr cerrar el año con un balance económico a favor, las empresas del país requieren de dos aspectos fundamentales: salud y resiliencia financiera.
Así lo aseguran expertos en la materia, quienes defienden que estos principios, que también se aplican para la economía personal, deben ser desarrollados cuanto antes para asegurar estabilidad.
José Pablo Jiménez, gerente regional de planificación financiera de Instacredit, explicó que “nunca es tarde para que las personas y empresas adopten estos dos conceptos y en esta etapa del año se vuelve fundamental hacer un análisis sobre las oportunidades de mejora que tenemos, relacionado con los mismos”.
Tener presente los ingresos y gastos es vital para la salud financiera
Existen dos elementos básicos que se deben tomar en cuenta: el presupuesto y los objetivos financieros, si se desea tener una buena salud financiera.
Con respecto al presupuesto permite conocer exactamente en qué se gasta el dinero personal o familiar; se debe determinar los ingresos y egresos, así como la capacidad de ahorro. Asimismo, ayuda a priorizar los gastos más relevantes y a limitar los que no son tan necesarios.
Si se desea desarrollar un presupuesto de manera correcta, el experto indicó que se requiere identificar de dónde provienen las entradas y salidas de dinero. Posteriormente, se debe restar los gastos a los ingresos y el resultado será el saldo que tendrá disponible.
"En caso de que su saldo sea positivo, significa que tiene un espacio para el ahorro, inversión o cumplimiento de la cuota de un posible financiamiento. Si su saldo es negativo significa que es necesario evaluar los gastos, para recortar aquellos prescindibles y así no sobre endeudarse", dijo Jiménez.
Adicional a esto, es importante dar seguimiento al cumplimiento del presupuesto para determinar si es necesario ajustarlo.
“Es importante tener en cuenta que debe conservar un equilibrio y estabilidad en sus finanzas personales y empresariales. Habrá épocas en las que se presenten más gastos que otras, pero siempre se debe mantener un equilibrio. Si este mes realiza más gastos de los que tenía contemplado, eso implica que en el siguiente mes va a tener que ajustar sus gastos y tratar de reducirlos”, agregó el experto.
Propósitos financieros van de la mano con objetivos generales de la vida
Por otra parte, los objetivos financieros son metas ajustables a los intereses de cada persona, para lo que es primordial tener clara la visión y objetivo general de vida que determinarán la base para que cada persona pueda establecer propósitos financieros.
Cuando no se plantean se podría recorrer un camino sin propósito y, por lo tanto, desarrollar actividades que no representen un cambio significativo o que no aportan valor. Deben ser concretos, claros, medibles, realistas, relevantes y con un horizonte de tiempo definido.
Según los especialistas de Instacredit, la clave está en preguntarse: ¿qué quiero lograr este año y en el futuro? Por ejemplo, comprar una casa, hacer remodelaciones, consolidar deudas, adquirir un auto o crear un fondo de emergencia. Sean cuales sean sus objetivos financieros, tómelos como punto de referencia.
Resiliencia financiera le ayudará a enfrentar momentos de crisis
La resiliencia financiera es clave para enfrentar de manera adecuada los episodios que afectan negativamente los ingresos o activos.
De acuerdo con el experto, permite sobreponerse a las pérdidas de dinero y contemplar la situación desde un punto de vista constructivo, analizando las nuevas oportunidades que se presenten.
Para estos efectos, Jiménez brinda las siguientes recomendaciones:
- Ser positivo y ver los desafíos como oportunidades. Reformular las situaciones de una manera positiva y a menudo recordarse a sí mismo que todo problema tiene solución.
- Ser flexible y estar abierto a nuevas opciones cuando se enfrente a la incertidumbre.
- Tener determinación y enfocarse en sus objetivos, de forma que los contratiempos no le desvíen de sus metas.
- Ser organizado, establecer prioridades de forma estructurada.
- Ser proactivo, trabajar con el cambio, en lugar de defenderse de él.
En cuanto a los pasos básicos para prepararse ante la posibilidad de sufrir una amenaza económica, enumeró:
- Controlar los gastos diarios.
- Ahorrar para tener un colchón para imprevistos.
- Mantener bajo control el endeudamiento.
- Planificar el futuro.
- Contar con una buena educación financiera.
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