
Dado el incremento de casos de violencia por parte de los pescadores ilegales hacia las comunidades costeras, así como el uso constante de técnicas de pesca ilegal en el Golfo de Nicoya, el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) aumentará los patrullajes diarios de vigilancia en la zona.
La violencia por parte de los pescadores ilegales hacia las comunidades costeras crece en el país, mientras que el uso de técnicas para pesca ilegal en el Golfo de Nicoya, no se queda atrás.
Ambas situaciones impulsaron la decisión del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) de aumentar los patrullajes diarios de vigilancia en la zona, una labor que se realizará por medio de una alianza con la Fundación MarViva.
Según informó la fundación, otorgará combustible y otros insumos para ejecutar recorridos de control en el Golfo, pues actualmente los recortes presupuestarios que ha sufrido SINAC han imposibilitado cumplir con las labores de vigilancia necesarias, afectando a las comunidades costeras y al patrimonio natural.
“Como institución estatal hemos sufrido de altos recortes en el presupuesto que nos han venido limitando la operatividad, lo que se traduce en consecuencias negativas para la biodiversidad. Este aporte de Fundación MarViva es muy importante porque nos permite brindar atención eficaz y oportuna en tareas de control y vigilancia, principalmente de la parte interna del Golfo de Nicoya”, comentó Alexander León, Director del Área de Conservación Arenal Tempisque.
Mayor número de asentamientos pesqueros se concentran en este golfo
El Golfo de Nicoya es la región que concentra la mayor cantidad de asentamientos pesqueros artesanales en Costa Rica, del cual dependen más de 2.600 pescadores pertenecientes a 29 comunidades costeras.
Una de las prácticas ilegales más comunes en el Golfo es la pesca de cerco o encierro, la cual consiste en la colocación de amplias redes de hasta 2 kilómetros, en las cuales se capturan todo tipo de especies que no son utilizadas en el comercio por ser muy pequeñas o muy jóvenes.
Si bien permite la captura de grandes volúmenes de peces, la mayoría se desechan por no alcanzar las tallas comerciales, impidiendo la regeneración y repoblación de sus especies.
“Hemos llegado a recortes presupuestarios arbitrarios que restringen el patrullaje marino por parte del SINAC. Creemos en que el combate de la pesca ilegal es clave para el manejo y gestión responsable de los recursos marinos”, indicó Katherine Arroyo, Gerente de Incidencia Política de MarViva.
Pescadores denuncian desinterés de Incopesca
El pasado 21 de marzo, representantes de pesca artesanal de las provincias de Puntarenas y Guanacaste aseguraron a través de un manifiesto dirigido al Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca), desinterés y falta de acompañamiento por parte de la institución rectora del sector pesquero.
“Somos más de 2.600 familias que dependemos de la pesca artesanal en el Golfo de Nicoya, aguas que se ven amenazadas todos los días por la pesca ilegal. Hacemos un llamado al Incopesca para que procure el mayor bienestar y trabaje para garantizar un aprovechamiento sostenible de los recursos marino costeros del Golfo”, indicó el grupo en el documento.
Más de un mes después del envío del documento, el grupo sigue esperando respuesta por parte del instituto. “La pesca no es fácil y este tipo de situaciones nos empobrecen más. Durante estos días hemos salido a pescar y regresamos vacíos, nos preocupa porque de esta actividad dependemos miles de personas, ¿qué vamos a hacer? Hemos sido amenazados, lastimados pero ya no podemos quedarnos callados”, comentó un pescador de la zona, cuya identidad es protegida por seguridad.
De acuerdo con el pescador, el grupo opera todos los días, alejándose únicamente cuando llegan guardacostas.
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