
Se estima que en Costa Rica hay cerca de 64.000 personas con síndrome de Asperger, una condición del neuro-desarrollo que afecta tres áreas: la interacción con otras personas, la comunicación y el comportamiento, ya sea repetitivo o restringido.
Esta última se evidencia en acciones como cuando los niños ordenan cosas en una sola fila, las desordenan y las vuelven a acomodar, o bien, cuando necesitan que los libros u otros artículos estén acomodados de cierta manera.
“Hay que resaltar que el Asperger no es una enfermedad, sino una condición. Son características distintas de la conducta con las que tenemos que aprender a vivir”, explicó Catalina Solís, neuropsicóloga de Medismart.
Cómo detectarlo
El diagnóstico temprano de esta condición hace que tanto los niños como sus familiares, logren comprender las particularidades de esta situación, así como ayuda a obtener las herramientas necesarias para sobrellevarla.
“Realmente un diagnóstico temprano es simplemente el primer paso para iniciar un proceso de apoyo a nivel social, educativo y de salud, que va a tener el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas implicadas. Lo más importante es que se pueda comprender y aceptar a ese niño o niña”, resaltó Solís.
De acuerdo con la experta, muchas veces los padres solos identifican señales de este síndrome, como cuando muestran resistencia a las habilidades sociales o cuando no comunican sus necesidades.
Otra manera de detectar el Asperger es cuando los menores restringen sus intereses en todo sentido: alimentación, juegos y rutinas. “Muchos padres lo confunden con ansiedad. Por ejemplo hay casos en que si no se bañan a la hora establecida se ponen ansiosos, pero no es ansiedad como tal, sino que ellos necesitan tener esta rutina muy estructurada”, detalló la neuropsicóloga.
Primer paso es crear conciencia de lo que está pasando
Solís indicó que el síndrome de Asperger no es algo que se trate, porque no es una enfermedad; sin embargo, indico que en un proceso de pscioterapia, lo primero que se hace es crear conciencia de lo que está pasando.
“Entender que hay cosas con las que se sienten más incómodos y respetarlo. Una dinámica que hacemos mucho con los chicos es que ellos empiecen a atender y comprender las reglas sociales”, aconsejó la experta.
Añadió que a veces son personas muy literales, que no entienden el sarcasmo, las bromas o los chistes, por lo que hay que explicarles lo que se quiere decir en este tipo de situaciones.
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