
Daniela Najmías Lang, es una joven de 20 años cuya pasión por la ciencia y la tecnología nació cuando estaba pequeña.
The Compocycler es el proyecto en el que ha trabajado desde los nueve años. Lo creó por su anhelo de querer optimizar el manejo de los desechos en las ciudades, pero fue hasta los 13 años -en octavo grado y con más experiencia- que realmente comenzó a hacerse realidad.
Como proyecto ganador de ferias científicas nacionales, surgió este dispositivo inteligente para el manejo de los desechos urbanos, a través del reciclaje y compostaje avanzado. Esos grandes logros no fueron nada sencillos, pues requirieron mucho tiempo de investigación y aprendizaje, más allá de lo que se veía en el colegio.
La joven estudiante de Bioingeniería en la Universidad de Rice en Estados Unidos, comenta que debió aprender sobre programación, circuitos, microprocesadores, microbiología y muchas otras cosas que nunca estudió en secundaria.
The Compocycler ha evolucionado a través de los años, siendo ahora capaz de comunicarse con el usuario, enviando mensajes y conectándose a una aplicación celular para monitorear el desempeño y capacidad del basurero, así como para optimizar el proceso de recolección de desechos vaciando el basurero únicamente cuando está lleno.
De ferias científicas escolares a presentaciones en todo el mundo
Najmías siempre fue curiosa. Realizaba experimentos en casa e investigaba sobre temas de ciencias aplicadas. Como ella misma cuenta, utilizó las ferias científicas como un canal para hacer proyectos e ideas en las que constantemente pensaba, y que a partir de quinto año de la escuela, y hasta su graduación de secundaria, logró concursar en distintas ferias con ellas.
Esto me llevó a descubrir no solo mi amor por la ciencia y las ciencias aplicadas, sino también mi amor por la ingeniería; un amor por crear soluciones tangibles a problemas reales y poner en práctica ideas innovadoras para problemas del día a día.
La joven lideró proyectos en el colegio. Participó en la Feria Nacional de Ciencia y Tecnología y representó al país en la final del concurso internacional Iniciativa Cadena, en México.
Se trató de un certamen de emprendimiento social enfocado en la elaboración de innovaciones para desastres naturales y en el cual el proyecto S.A.L.V.A.S., que significa Sistema Automatizado Localizador de Vidas Ante Sismos, obtuvo el primer lugar internacional, siendo esta también la primera ocasión que concursaba Costa Rica.
Explicó que con el tiempo, su idea se volvió más que un proyecto de ingeniería que le permitió estar en el concurso de emprendedurismo social Diamond Challenge, con el que ganó el segundo lugar. Durante los años siguientes, trabajó en proyectos ganadores de ferias y concursos nacionales e internacionales.
Fue en el 2020 que decidió volver a trabajar en The Compocycler -en su último año de colegio-. Aprovechó la pandemia para matricular una clase en la Universidad de Harvard sobre ingeniería bioquímica y vida sintética, y de ahí nació una nueva rama de su Compocycler, enfocada en crear un sistema de compostaje más rápido y de calidez.
Este proyecto fue llevado por Najmías a la Universidad de Rice, donde continúa con su desarrollo.
Siempre he buscado cómo seguir con el proyecto, participando en varios programas de innovación, emprendedurismo y diseño en ingeniería, así como formando parte de grupos de discusión sobre investigación en ecología de la tierra y biología sintética.
Recientemente, la joven tuvo la oportunidad de presentar su iniciativa en el evento de ingeniería más importante de la universidad. Con él, el siguiente paso que seguirá es la mejora del sistema de producción de composta avanzada por medio de ingeniería bioquímica y el uso de inoculación microbiana para maximizar el resultado del material compostado.
He tenido la oportunidad de presentar mis proyectos en varios países de Europa, como parte de programas de verano y estudio en el extranjero de la Universidad de Rice. Recién volví de un programa en Boloña, Italia; años previos estuve en París, Francia y Ármsterdam, Países Bajos.
Comentó que también ha expuesto sus proyectos en varias ciudades de Estados Unidos a nivel universitario, así como en Ciudad de México. En Costa Rica, ha expuesto a nivel escolar, colegial y universitario, así como en un bootcamp organizado por el Instituto Tecnológico de Costa Rica, la Universidad de Rice, la Universidad de Costa Rica y la Universidad Latina.
Sí se puede ser una mujer en STEM
La estudiante de Bioingeniería comentó que estar en un campo previamente liderado por hombres nunca ha sido una dificultad, para ella, es un tema que nunca ha tenido mucha relevancia.
Comenzar a involucrarme en ámbitos científicos desde que era una niña muy pequeña, la curiosidad por el conocimiento científico y tecnológico, realizar experimentos y exponer mis ideas a personas de todas las edades, fue siempre más importante que el hecho de ser una de las pocas mujeres en estas áreas, o incluso de que muchas personas fueran mayores que yo.
Agregó que orgullosamente nunca se ha sentido intimidada, ni se ha cuestionado su lugar en la ingeniería por ser mujer, y no piensa que debería ser así para nadie.
Sí, muchos de mis compañeros y amigos que estudian ingeniería en la universidad son hombres, pero esto no tiene importancia alguna, ya que la confianza en uno mismo es la clave para el éxito en cualquier ámbito, y eso es importante en campos como la ingeniería.
A las mujeres que quieren incursionar en alguna carrera STEM, Najmías les dice que confíen en ellas mismas y en lo que creen. Que no se dejen intimidar por ninguna persona, respecto a sus carreras, pues defiende que las mujeres tienen los mismos derechos y capacidades que cualquier otra persona que incursiona en profesiones de este tipo.
Sigan sus sueños y estudien lo que realmente las haga felices, no lo que otras personas esperan de ustedes. Busquen esa luz dentro de ustedes mismas y déjense brillar, compartan sus ideas con el mundo, y no tengan miedo a ser escuchadas.
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