El lupus eritematoso es una condición clínica relativamente rara y crónica, que provoca que el sistema inmunológico ataque a los propios tejidos del cuerpo, como lo haría con un organismo extraño, causando inflamación y destrucción de los mismos.
Esta situación obliga a las personas que lo padecen a mantener un control estricto de todos aquellos factores ambientales que puedan desencadenar una respuesta de las defensas del cuerpo, y entre estos factores uno muy importante es la alimentación, por la cual deben velar tanto las personas con lupus, como sus allegados.
De acuerdo con la nutricionista Priscilla Marín, existen algunos nutrientes que deben ser parte esencial de la dieta de estas personas, ya sea para hacer frente a los síntomas de la enfermedad, o a los efectos de los medicamentos que deben tomar.
Para mejorar la función inmunológica
Entre estos nutrientes se encuentra la vitamina A, que ayuda a mantener el funcionamiento normal del sistema inmunológico. Otra sustancia que contribuye en este aspecto es el hierro, que se puede encontrar en la leche, carne o huevos (de donde se absorbe en mayor procentaje) o en productos vegetales como cereales enriquecidos, espinaca, arroz, frijoles, maní, arándanos y brócoli.
Nutrientes que aportan fuerza
Por su parte, la vitamina D es responsable del crecimiento de huesos y dientes fuertes. “Las personas con lupus deben evitar exponerse al sol, esto provoca que no reciban esta vitamina del sol, por ello deben consumirla de la alimentación”, explica Marín. La cafeína en exceso dificulta la absorción de vitamina D, por eso las personas con lupus deben limitar su consumo de café a un máximo de 3 tazas al día o 5 raciones de refrescos o té con cafeína.
El ácido fólico también es indispensable cuando se toman medicamentos como el Metrotrexato, utilizado por personas con lupus. En este caso también se recomienda evitar su consumo junto al té verde o negro, ya que impiden su absorción.
Minerales beneficiosos
Algunos minerales se consideran también de consumo obligatorio para las personas con lupus. Uno de ellos es el calcio, debido especialmente a que quienes tienen este padecimiento en su mayoría son mujeres (12 por cada hombre en Costa Rica, según datos de la Asociación Proyecto Lupus), que por causa de los síntomas suelen realizar menos ejercicio, lo que hace que sean más propensas a la osteoporosis.
“Algunas fuentes de calcio son la leche, el queso, el yogurt, los alimentos fortificados, las almendras y los vegetales de hojas verdes”, indica la especialista.
El selenio, que se encuentra en las nueces, arroz blanco, atún enlatado, pechuga de pollo y huevos, tiene efectos positivos para el sistema inmunológico.
¡Cuidado con estos alimentos!
Existe otro grupo de alimentos que se deben consumir con mayor cuidado, puesto que no siempre pueden resultar beneficiosos. En este grupo entra el sodio, cuyo consumo en exceso puede producir problemas circulatorios. El sodio se encuentra en grandes cantidades en salsas, conservas, embutidos, entre otros, por lo que se recomienda consumir alimentos más frescos.
En cuanto a las grasas, algunas sí son beneficiosas, como las omega-3, que ayudan a disminuir el riesgo de enfermedades del corazón. Además, existen estudios que indican que las grasas presentes en pescados como el atún, sardinas y salmón “reducen la respuesta inflamatoria del cuerpo, la coagulación de la sangre, los triglicéridos en sangre y con ello el riesgo de enfermedad cardiovascular”, de acuerdo con Marín.
La recomendación es entonces reducir el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas y colesterol, y cambiarlos por estas grasas buenas.
Carbohidratos y proteínas
“Para las personas con lupus se recomienda una dieta alta en fibra y se prefiere que consuman azúcares simples naturales, o sea, los que se encuentran en frutas frescas y leche”, detalla Marín. La fibra (presente en el pan, manzanas con piel, moras, banano, naranja, peras, brócoli, frijoles y lentejas) mantiene el nivel de azúcar en la sangre. También, adicionalmente, se recomienda el consumo de al menos 2 litros de agua al día.
Las proteínas, por su parte, deben ser tomadas de alimentos bajos en grasa, ya sea de origen animal o vegetal, aunque se recuerda que una dieta alta en proteínas puede conducir a problemas renales, que tienden a ser especialmente graves en pacientes con lupus, por lo que se deben consumir con moderación.
Esta dieta debe complementarse, naturalmente, con ejercicio. De acuerdo con Marín, “la mejor forma de iniciar un plan de actividad física es con actividades de baja intensidad y poca duración, aumentando el tiempo y la intensidad poco a poco”.
También, junto con la dieta y el ejercicio, las personas con lupus deben ser muy cuidadosas con la medicación, que siempre debe ser prescrita por un médico y tomarse en los tiempos y dosis indicadas. Sobre todo, la perseverancia es un factor fundamental para mantener la buena salud por más tiempo, y esta es una tarea en la que los seres queridos también juegan un papel muy importante.
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