La quimioterapia es un tratamiento que se utiliza para atacar y destruir las células cancerosas de rápido crecimiento. Durante este proceso las células sanas también pueden ser afectadas, por lo que pueden provocar experiencias abrumadoras.
Una alternativa para marcar la diferencia es mantener una buena nutrición durante el tratamiento, a pesar de que puede ser difícil por los efectos secundarios como la pérdida de apetito.
De acuerdo con la Dra. Yumaira Chacón, gerente médico de Abbott, las dietas balanceadas contribuyen a mantener la fuerza y ayudan a la recuperación.
Añadió que la alimentación se debe centrar en cuatro elementos clave: calorías, proteína, fibra y líquidos. “Mantener una buena nutrición es fundamental para proporcionar la energía que el cuerpo necesita para realizar las actividades diarias, buscando con ello reponer los nutrientes que se pierden a lo largo del tratamiento”, dijo la doctora.
Qué consumir en días buenos y de malestar
La Dra. Chacón explicó que la quimioterapia afecta áreas como el tracto gastrointestinal, incluyendo la boca, la garganta, el esófago, el estómago y los intestinos, y puede causar efectos secundarios como sequedad en la boca, úlceras bucales, dificultad para tragar, problemas de digestión, diarrea, estreñimiento y pérdida de peso.
Por esa razón, durante el tratamiento se debe consumir más calorías de lo normal, con el fin de poder conservar la energía del cuerpo. "Durante la quimioterapia se necesitarán más proteínas para mantener o reconstruir el músculo que puede verse comprometido. La fibra también contribuye a la digestión en todo momento y resulta especialmente importante su consumo", enfatizó la gerente médico de Abbott.
Chacón recomendó además alimentos para consumir en días buenos y de malestar:
- En días buenos proteínas como: carnes magras, frijoles, lentejas y lácteos bajos en grasa.
- Para aliviar náuseas consumir jengibre en sus diferentes variedades.
- En días de malestar: tomar líquidos claros como agua, caldo, té, gelatina o bebidas frías y alimentos blandos.
- Beber líquidos en cada comida y entre comidas.
- Fortalecer los alimentos con calorías o proteínas, por ejemplo añadiendo proteína en polvo, leche en polvo, mantequilla o crema agria siempre que sea posible.
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