
Retrasos en refrendos afectan legalidad y control del servicio
El sistema de transporte público en Costa Rica enfrenta una crisis multifactorial sin precedentes, impulsada por atrasos en el refrendo de concesiones, el abandono de rutas formales, el crecimiento del transporte ilegal y una visión urbana que ha privilegiado el uso del automóvil sobre la planificación integral. Voces desde la Defensoría de los Habitantes, la Cámara Nacional de Transportes (Canatrans) y la Cámara Costarricense de la Construcción advierten que el país necesita más que operativos o nuevas carreteras: requiere una reforma estructural profunda.
Según datos de la Defensoría de los Habitantes divulgados el 30 de enero de 2025, de las 197 rutas que aprobaron su concesión en 2021, solo 89 cuentan con refrendo oficial del contrato, pese a que ya han pasado tres años. Esto significa que más del 50% de las rutas operan con permisos temporales, lo que impide aplicar mecanismos de control como planes de mantenimiento vehicular. Además, según el Consejo de Transporte Público (CTP), al 20 de septiembre de 2024 existían al menos 97 rutas en aparente estado de abandono.
Transporte público ilegal debilita la sostenibilidad del sistema
En un comunicado reciente, la Cámara Nacional de Transportes (Canatrans) denuncia que el abandono de rutas se debe principalmente al crecimiento del transporte ilegal, a la atomización del servicio mediante modalidades especiales, y a la falta de una política nacional para reactivar el sector. Solo en las últimas semanas se cerraron la ruta Barrio Luján – San José y la ruta 660 San Vito - El Ceibo - La Pintada, debido a la baja demanda y competencia desleal.
La presidenta de Canatras, Silvia Bolaños aseguró:
La permisividad ante el crecimiento del transporte pirata y la falta de medidas efectivas están debilitando el sistema de transporte público. Es urgente que las autoridades tomen acciones concretas para evitar que más rutas sean abandonadas.
Alta dependencia del servicio de autobuses
La situación es aún más alarmante si se considera la magnitud del uso del servicio: en 2024, según cifras de la ARESEP, más de 354 millones de pasajeros utilizaron autobuses públicos, mientras que el sistema ferroviario movilizó solo 3,7 millones. A continuación se presentan los datos oficiales:
Pasajeros movilizados por tren en 2024
Como se puede observar en el cuadro proporcionado por la ARESEP, cada vez son menos los que a lo largo del año viajan en tren. Pero no es porque no deseen usarlo, sino porque hay pocos horarios disponibles y además no se toma en cuenta la gran cantidad de población que lo requiere los sábados y domingos para movilizarse.
De hecho, Costa Rica es casi el único país del mundo donde el tren no funciona sábados, domingos ni feriados.
Asimismo, el horario es muy limitado y como se puede observar en el cuadro, durante Semana Santa y fin de año también cierra su servicio.
Pasajeros movilizados por autobús en 2024
Como se puede observar en el cuadro proporcionado por la ARESEP, cada vez son menos los que también, a lo largo del año, viajan en bus. En enero 2024 se inició con más de 30 millones de pasajeros movilizados, mientras que se terminó transportando menos de 27 millones en diciembre.
La solución: movilidad urbana con visión integral
La raíz del problema va más allá del transporte público en sí. Así lo expone Randall Murillo Astúa, Director Ejecutivo de la Cámara Costarricense de la Construcción, quien señala que la crisis de movilidad urbana no se resolverá construyendo más carreteras:
Este enfoque solo alivia temporalmente la congestión, pero promueve la ‘demanda inducida’, lo que perpetúa la dependencia del automóvil.
Murillo respalda el diagnóstico del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha señalado el lento tránsito vehicular en el Gran Área Metropolitana (GAM) como un factor que afecta la productividad y calidad de vida. Propone, en cambio, una transformación estructural del sistema de transporte público, con integración multimodal (buses, trenes, bicicletas), reorganización de rutas interurbanas, densificación habitacional planificada y un sistema eficiente para el transporte de carga:
Resolver el problema de movilidad urbana requiere más que infraestructura. Es indispensable priorizar un transporte público eficiente, densificar las ciudades y optimizar el transporte de carga. Solo con un enfoque integral lograremos construir ciudades donde la movilidad sea accesible y sostenible.
Conclusión
Las voces de advertencia coinciden: sin una intervención coordinada y estructural, la crisis del transporte público continuará deteriorando la calidad de vida urbana, afectando la economía y profundizando la exclusión en la movilidad cotidiana de las y los costarricenses.
Todas las voces coinciden en que debe aumentarse la frecuencia del tren, fortalecerlo, hacer más rutas, reactivar las vías y brindar más recursos al INCOFER.
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