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75% del consumo de azúcar proviene de bebidas procesadas

Costa Rica se ubica como el segundo país con más obesidad en estudio a nivel latinoamericano

Un grupo de científicos de la Universidad de Costa Rica (UCR) realizó una investigación para analizar la alimentación de ocho países a nivel latinoamericano. Los datos revelaron que el panorama no es muy positivo para nuestro país.

El azúcar añadido es un factor que contribuye al aumento de la obesidad.

Costa Rica se ubica en el segundo lugar de los países respecto a los niveles de obesidad. Una revelación alarmante del informe es que los costarricenses están consumiendo un alto volumen de azúcar. Este proviene principalmente de refrescos envasados, gaseosas, jugos en caja, polvos para preparar bebidas, refrescos que se preparan en la casa con altas cantidades de azúcar añadido y el café.

Georgina Gómez, catedrática de la Escuela de Medicina de la UCR, explica que este consumo de azúcar se convierte en un factor favorable para el aumento de los niveles de obesidad. “Entre más calorías consumimos, más obesidad vamos a tener, y el azúcar solo nos aporta energía, calorías”.

Para Gómez, quien formó parte del grupo de investigadores, la urgencia de controlar este problema tiene un interés directo en la prevención de la salud.

“Tenemos que ver cómo lo paramos porque si no, se estima que de aquí al año 2050 la cantidad de personas con obesidad va a ser muchísimo mayor, y esto conlleva a muchos gastos en salud, económicos y en detrimento de la calidad de vida de la persona”.

Los últimos 40 años han mostrado un aumento significativo del nivel de obesidad de la población costarricense, tanto en adultos como en niños.

Georgina Gómez presentó los resultados del estudio durante un encuentro en la Asociación Nacional de Ciencias.

“Tenemos que aprender a controlar la cantidad de azúcar que ponemos en el café y en los frescos y a moderar también el consumo de bebidas comerciales azucaradas”, puntualizó Gómez.

No consumimos suficientes frutas y vegetales

Apenas un 11% de la población, según indica el estudio, consume la cantidad requerida de cinco porciones de frutas y vegetales. La mayoría de las personas llegan a consumir poco más de una porción.

Gómez, master en Ciencias Biomédicas, indica que las frutas y vegetales son las fuentes principales y más abundantes de fibra y micronutrientes (vitaminas y minerales), indispensables para el buen desarrollo de un cuerpo sano. La persona que no consume estos productos en su estado natural tiene altas posibilidades de padecer de enfermedades crónicas.

Georgina Gómez, investigadora de la UCR.

“Los estudios científicos que estudian enfermedades crónicas, como la enfermedad cardiovascular, la diabetes o el cáncer, en relación con la alimentación, siempre concluyen en que lo más importante es que comamos frutas y vegetales”, enfatizó.

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La investigadora insiste en que “tenemos que aprender a incluir más vegetales, más ensaladas, vainicas, chayote, zanahoria, todas las cosas que tenemos en la feria, que tenemos disponibles y que realmente no son de tan alto costo”.

Mejorar la dieta poco a poco

Adriana Mora, nutricionista y coach de salud integrativa, explica que si una persona tiene la intención de mejorar su dieta debe tomarlo como un proceso y darse tiempo para integrar pequeños cambios.

“Partiendo de los datos revelados en el estudio sobre el nivel de obesidad, una de las primeras metas es disminuir el consumo de azúcar porque es densamente calórica y no va a dar saciedad. Pero lo importante es el paso a paso”.

Mora aconseja que, si una persona normalmente consume, por ejemplo, dos vasos de refrescos gaseosos al día, lo mejor es reducir esa cantidad a un vaso en una primera etapa. La idea es “irlo disminuyendo hasta el punto donde se pueda eliminar al 100% las bebidas con azúcar, e intercambiarlo por agua, que es la mejor forma de hidratarse”.

El siguiente paso es aumentar las porciones de vegetales, pero, según indica la nutricionista, deben comerse con gusto. De esa manera su consumo no va a entenderse como una obligación que finalmente causará el rechazo por este tipo de alimentos.

“Lo más importante es que la persona haga preparaciones que le gusten, que si se va a tomar un batido verde no lo haga tapándose la nariz. El brócoli, por ejemplo, puede ser muy sano, pero si a la persona no le gusta no tiene por qué comer brócoli, hay una gama de vegetales que puede comer”, enfatizó Mora.

Introduzca pequeñas porciones al inicio

Aprovechar preparaciones que ya se realizan en la cocina del hogar es una forma de ir incluyendo vegetales de una forma práctica. Se puede aprovechar la cocción de los frijoles o el arroz para incorporar chayote, zanahoria o vainicas, por ejemplo.

Otro consejo es introducirlos paulatinamente. Si la persona o el niño no consume vegetales con normalidad, puede incluir algunas rebanadas de pepino o tomate en el almuerzo, e ir aumentando esa cantidad. La meta final es que, tanto en el almuerzo como en la cena, la mitad del plato sea de vegetales, crudos o cocidos, y cumplir con las cinco porciones diarias entre verduras y frutas.

Además, Mora insiste en que “lo importante es que la gente entienda que el resultado lo ve el mismo día. Si uno se alimenta de una forma más saludable y consume menos alimentos empacados o procesados; si por lo menos un día empieza a consumir la mitad de la cantidad que normalmente consume, ese mismo día va a sentir un cambio en su bienestar y en su vitalidad”.

Finalmente, apunta que el consumo de vegetales nos va a ayudar a controlar la ansiedad sin aportar toxinas o calorías como otros alimentos empaquetados.

 También le puede interesar: Nutricionistas piden a población alimentarse responsablemente.

Karla Olivares Hidalgo
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Periodista y productora audiovisual graduada de la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva, estudiante de la Facultad de Letras de la Universidad de Costa Rica.

 

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