Según estudios de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y el Ministerio de Salud, en Costa Rica se producen alrededor de 1.800 muertes al año ocasionadas por el consumo de tabaco.
En el mundo las víctimas mortales alcanzan los 7,2 millones de seres humanos. Estas cifras convierten al cigarro en una adicción completamente nociva para la salud.
Por eso, durante el foro “Datos y ciencia para la consecución de sus propósitos de año nuevo”, organizado por el Instituto Internacional de Ciencias de la Vida Mesoamérica (ILSI), la coordinadora de la Clínica de cesación de fumado del Hospital México, Mayi Cedeño, compartió varios consejos para emprender el propósito de dejar de fumar.
1. Comprenda que es un proceso y establezca una fecha
Si bien la resolución puede nacer esporádicamente, superar los tres tipos de adicción que causa -física, psicológica y social- es un proceso que va a extenderse por algunos meses hasta que la persona esté libre de esa dependencia.
“Debo prepararme poniendo una fecha específica para dejar de fumar, esa es la estrategia que más le ha funcionado a las personas. Al poner una fecha empiezo a dar pasos para lograr este objetivo”.
Ese paso a paso implica ir haciendo pequeñas acciones que respondan al objetivo final. Cedeño aconseja cambiar la marca de cigarros, disminuir la cantidad de cigarros que se consumen al día, romper los vínculos creados entre diferentes actividades y el fumar.
“En lugar de tomar café y fumar, tomo té y hago ejercicio, en lugar de fumarme un cigarro después del almuerzo, hago una pausa y converso con alguna persona con quien pase bien el rato, todas estas acciones van a permitir que logre la meta a final de año”.
2. Tome la decisión por usted mismo
Dejar de fumar no es un proceso sencillo, por ello la motivación debe nacer desde un convencimiento interno de los perjuicios que le está ocasionando el tabaco. Si fueron presiones externas las que impulsaron esa decisión lo más probable es que se va a recaer en el vicio.
“Es más importante que usted se prepare, decida y comunique a la gente que está alrededor suyo cuál es su objetivo, por qué quiere dejar de fumar, etc. Que la motivación sea propia, no dejar de fumar porque mi pareja me está presionando, por ejemplo”.
3. Cambie sus rutinas
Además de la adicción física causada por la nicotina, el cigarro genera una adicción social, y psicológica, ligadas a las actividades o celebraciones sociales en las cuales se generan espacios para fumar en grupo, y a las rutinas diarias que la persona vincula con consumo del cigarro, respectivamente.
“Si yo sigo haciendo mi rutina de vida diaria exactamente igual, voy a seguir fumando exactamente igual. Por eso es que no me sirve internarme en la clínica durante un mes, salir bien convencido, pero volver a mi rutina diaria, en el mismo sillón a tomarme el mismo café, pues voy a fumar otra vez”.
Por ello es necesario desarrollar nuevos hábitos y actividades que no estén ligadas al consumo de tabaco y que preferiblemente tengan congruencia con la construcción de una vida más saludable.
Atacar solo la dependencia física pero mantener los mismos hábitos y propiciar momentos en los que normalmente se fuma, es un error que va a inducir a recaer en el vicio. La adicción social es la que más hace recaer a la gente, “yo no puedo dejar de fumar, sentado conversando con mis amigos y todos fumando”.
4. Hable con su familia sobre sus deseos de dejar de fumar
Apoyarse en las personas más cercanas es una buena forma de mantener a fuerza de voluntad. Sin embargo, la familia debe entender el proceso específico de la persona y respetar sus solicitudes en cuanto a cómo se trata la situación.
Muchas veces, incluso con las mejores intenciones, los familiares y amigos incurren en comportamientos o expresiones que pueden afectar negativamente el progreso hacia los objetivos planteados.
“Lo más importante es que la persona fumadora les diga cómo quieren que lo ayuden. Hay fumadores que no quieren que nadie mencione el cigarro, hay personas que quieren que constantemente les den palabras de aliento".
5. Reciba apoyo en una clínica de cesación de fumado
La CCSS ha implementado las Clínicas de cesación de fumado como una forma efectiva de brindar apoyo social y profesional a la persona que desea de fumar, lo que ha aumentado considerablemente los casos de éxito.
“En este país, en este momento las clínicas de cesación de fumado son la mejor opción para dejar de fumar. Tratamos a la persona en forma integral, no sólo le damos tratamiento para la adicción física, sino también le damos apoyo para la adicción psicológica para que aprenda a cambiar hábitos, para que aprenda a romper los vínculos que tiene de todas las actividades de la vida diaria con el cigarro”.
El proceso de la mano de profesionales de la salud, además de un grupo de apoyo, le permite a la persona tener un panorama más amplio de lo que implica dejar el cigarro y entender las etapas que va viviendo sin frustración.
“Las estadísticas dicen que para una persona que nada más utilizó la fuerza de voluntad, el éxito al año será de un 3% a un 5%. Pero si yo me programo, busco ayuda, pongo estrategias en práctica, por ejemplo, busco una clínica de cesación de tabaco, el éxito que va a tener al año sube hasta un 73%”.
Las clínicas ofrece un curso de 8 sesiones para dejar de fumar con terapia grupal, terapia psicológica y tratamiento farmacológico.
Escuche a Mayi Cedeño, Coordinadora de las Clínicas de Cesación de Fumado de la CCSS.
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