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Nicaragua se rebela contra dictadura de Ortega

Tomado de las manos, el pueblo de Nicaragua protestó este miércoles 4 de julio, en una de las principales vías de tránsito de Managua, exigiendo la salida inmediata del presidente Ortega y de su esposa Rosario, el cese de la represión y la violencia que vive la ciudadanía desde hace 76 días.

“Esta es una rebelión ciudadana y no vamos a parar hasta que Ortega salga del poder y se puedan establecer comicios electorales”, afirmó a aDiarioCR el líder del movimiento Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, Juan Sebastián Chamorro.

Diversas organizaciones sin fines de lucro, estudiantes, organizaciones de base y movimientos de personas auto-convocadas que no obedecen a ningún tipo de mandato han alzado su voz en las calles, debido a la cruda represión que el gobierno de Daniel Ortega impuso desde hace 11 años, informó el dirigente de la Alianza Cívica.

“Esta es una rebelión ciudadana, cívica, transversal que incluye desde campesinos hasta empresarios que están en la mesa de diálogo nacional; sin embargo, no somos la única organización que está liderando este proceso”, expresó Chamorro.

Factores como el desempleo, la corrupción gubernamental, los cuestionamientos al sistema de elección interno, las reformas constitucionales y las políticas autoritarias del “matrimonio fuerte” Ortega-Murillo causaron la explosión del descontento social generalizado de gran cantidad de estudiantes, campesinos, sindicatos, partidos políticos de oposición, movimientos sociales, pequeña, mediana y gran empresa.

Este miércoles 4 de julio una cadena humana se plantó en una de las principales vías de acceso a Managua, en donde hombres y mujeres se tomaron de las manos desde la rotonda Rubén Darío hasta la rotonda Centroamérica. (Fotografía cortesía de Jorge Mejía.)

Esta situación ha generado grandes manifestaciones civiles en todo el país, concentrándose principalmente en Managua y Masaya. Estos bloqueos en las calles han sido reprimidos con violencia por la policía nacional nicaragüense y grupos paramilitares, liderados por Ortega.

Según la Alianza Cívica, desde el 18 de abril hasta la fecha los enfrentamientos han dejado un saldo de más de 309 muertos, más de 1.000 heridos y más de 150 personas desaparecidas. En promedio, por día mueren en Nicaragua entre 3 y 4 personas, situación que a nivel internacional se ha catalogado como una crisis humanitaria.

Según reporta la Asociación Nicaragüense de Derechos Humanos (ANPDH), 21 menores de edad han muerto entre el 18 de abril y el 25 de junio en los hechos violentos.

Posible solución: Anticipar las elecciones

Las elecciones deben adelantarse, así lo considera la Conferencia Episcopal de Nicaragua, quien condenó los hechos ocurridos en las calles como una "agresión organizada y sistémica".

Los obispos han trabajado como mediadores entre el gobierno de Ortega y todos los grupos sociales que se encuentran activamente en la mesa de diálogo.

“El problema es que, de acuerdo con el calendario actual, las elecciones deberían ser en 2021, pero debido a que esta situación no es sostenible no se puede esperar hasta esa fecha”, aclara Chamorro.

El principal reto que enfrenta esta mesa de diálogo es convencer a Ortega de que reduzca el término de su mandato hasta el 2019, para poder realizar elecciones el 31 de marzo del 2019, tal como lo plantea la propuesta de los líderes religiosos.

Además, Chamorro destacó que se necesita una limpieza de todo el aparato estatal, ya que el Consejo Electoral encargado de dar marcha a los comicios electorales es totalmente corrupto.

“Se necesita un tiempo para limpiar esta organización, sustituir a todos los magistrados y realizar elecciones a la brevedad”, dijo Chamorro.

Según la Alianza Cívica, existen las vías constitucionales para que Ortega se retire y se instaure durante el proceso una junta de transición hasta que llegue el momento de las elecciones el año entrante, sin embargo Ortega aún no contesta a la petición.

Presión internacional

La Organización de Estados Americanos (OEA) desde el 5 de junio condenó y exigió el cese inmediato de los actos de violencia, intimidación y amenazas contra el pueblo nicaragüense.

Este llamamiento al gobierno y a otros actores sociales ha permitido abrir la mesa de negociación, no obstante, pese a los señalamientos de la OEA, los hechos de violencia se han mantenido constantes en las calles, según afirman miembros de la Alianza Cívica.

Luego de que el secretario general de la OEA, Luis Almagro, propusiera adelantar las elecciones, este martes llegó al país centroamericano una misión de alto nivel de la OEA con el objetivo de iniciar una serie de reuniones entre julio y octubre de 2018, dichas reuniones serán con autoridades, miembros de partidos políticos, y sociedad civil en el marco de las reformas electorales, necesarias para los comicios.

Por su parte el Presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, se dirigió a los mandatarios en la última reunión del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) para pedirles una participación “más activa” y la búsqueda de soluciones ante la crisis del país vecino.

La expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, expresó a aDiarioCR que el papel que ha jugado la OEA y países como Costa Rica ha sido fundamental para generar mayor presión y buscar soluciones lo más pronto posible.

Además, señaló que Nicaragua por sus condiciones no podría llegar a convertirse en una Venezuela, ya que considera que el papel desempeñado por la gente en las calles es inédito e histórico.

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“Mientras los ciudadanos sigan exigiendo el cambio, a Ortega cada vez más los espacios se le cierran. Por el momento la comunidad internacional confía en que la mesa de diálogo pueda avanzar; sin embargo, en caso de que estas negociaciones no rindan frutos o sean una burla para ganar tiempo por parte del gobierno nicaragüense, se tendrá que tomar medidas más drásticas”, afirmó Chinchilla.

Por su parte, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, a través de su portavoz, Stéphane Dujarric, aplaudió la declaración aprobada este martes 3 de julio por la OEA en apoyo al pueblo nicaragüense y ofreció todo el acompañamiento que pueda facilitar el diálogo y las investigaciones.

El detonante de las protestas

Todo comenzó en abril, cuando el Fondo Monetario Internacional (FMI) realizó una serie de recomendaciones para sanear las finanzas y asegurar la continuidad del Instituto Nicaragüense de Seguro Social (INSS), el cual fue diagnosticado al borde de la quiebra, debido a un déficit de US$71 millones.

Debido a esta crítica situación, el poder ejecutivo de Nicaragua impulsó una reforma a la Ley de la Seguridad Social que establecía una reducción del 5% a las pensiones vigentes y, en un futuro cercano, otra reducción del 12%. Además, planteaba el significativo aumento de las contribuciones a la seguridad social y los aportes patronales de las empresas.

Estas acciones gubernamentales generaron las primeras protestas estudiantiles el 18 de abril, las cuales fueron fuertemente reprimidas por la policía nacional. En ellas murieron tres personas por disparos de armas de fuego.

“En Nicaragua lo que no hay que dudar es que somos una sociedad de líderes y lideresas. Este movimiento no hubiese sido posible sin los campesinos y los estudiantes que han ejercido un poder nuevo”, afirmó Zoilamérica Ortega, hija de la "pareja fuerte" exiliada en Costa Rica.

Ortega, defensora de los derechos humanos, considera que la forma en que el régimen fue evidenciando la falta de instinto político ha ido empoderando a la ciudadanía a luchar contra la represión.

A pesar de que el presidente Ortega revocó la reforma, el pueblo indignado por lo acontecido se lanzó a las calles y aún continúa exigiendo la salida de quien ha liderado este país centroamericano desde hace más de 17 años.

Quiénes están tomando las riendas del cambio

La oposición de grupos estudiantiles ha sido protagonista en este conflicto.

Lesther Alemán, estudiante de cuarto año de Comunicación Social en la Universidad Centroamericana (UCA), con tan solo 20 años, encaró al presidente Ortega y le exigió durante una de las mesas de diálogo el cese de la represión a las protestas.

Alemán, considerado un irrespetuoso por el gobierno nicaragüense, es visto como héroe por la ciudadanía.

“Nosotros no hemos dormido tranquilos, estamos siendo perseguidos, somos estudiantes. Esta no es una mesa de diálogo, es una mesa para negociar su salida”, le dijo de manera directa Alemán a Ortega, durante esta reunión de la Alianza Cívica.

Por otra parte, el gobierno ha atribuido acusaciones a varias figuras que han dado la cara en medios de comunicación y que son personalidades muy reconocidos en Nicaragua por sus aportes en diversos ámbitos.

Uno de ellos es Félix Maradiaga, director del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (IEEPP), quien aseguró que el gobierno pretende intimidarlo y acusarlo de dirigir una red de delincuencia y terrorismo.

Maradiaga semanas atrás viajó a Washington para denunciar en diferentes instancias los crímenes de la pareja Ortega-Murillo.

También el liderazgo dentro del sector empresarial se ha hecho presente, una de sus figuras es Margarita Herdocia, empresaria y activista de derechos humanos.

“El 30 de mayo, Día de la Madre de Nicaragua, marché con 250 de mis empleados para recordar a los niños que murieron en la represión inicial. Planeado por las madres de las víctimas, la marcha pacífica cayó en el caos cuando los francotiradores profesionales con armas modernas de largo alcance abrieron fuego con precisión mortal contra los manifestantes inocentes”, le contó a la revista Time.

Una de las mayores preocupaciones de Herdocia es el estado de la economía y la manera en que las familias están llevando el sustento a sus casas, ya que debido a la crisis han disminuido las fuentes de trabajo y no existen organizaciones benéficas que funcionen para alimentar a los desempleados o empobrecidos.

Por otro lado, desde que inició el diálogo, el pasado 16 de mayo, el director ejecutivo de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (FUNIDES), Juan Sebastián Chamorro, se ha convertido en una de las voces más fuertes de la alianza opositora.

Su papel enérgico en la política actual lo ha puesto en la mirada de muchos nicaragüenses que lo consideran con un alto potencial presidenciable.

Con el paso de los días en Nicaragua, los líderes comienzan a perfilarse y a Daniel y a Rosario se les cierra cada día más su campo de acción defendido únicamente con las armas.

Arturo Padilla Chinchilla
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Periodista y productor audiovisual. Bachiller en Ciencias de la Comunicación Colectiva con énfasis en periodismo y producción audiovisual de la Universidad de Costa Rica.

 

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