La salud mental influye directamente en la manera de pensar, sentir y actuar de las personas, así como en la salud física; sin embargo, los mitos, el miedo al estigma y la discriminación, son elementos que lesionan profundamente la autoestima y provoca que las personas eviten buscar apoyo psicológico.
Para nadie es un secreto que la vulnerabilidad económica que llegó con la crisis, tuvo un impacto directo en la salud mental de las personas, sobre todo aquellas que perdieron su empleo o mermaron sus ingresos. Durante este periodo, muchas de ellas experimentaron síntomas de ansiedad y depresión, no obstante, por las condiciones de restricción, no tuvieron tampoco acceso a atención profesional, salvo las que tuvieron por medio de las plataformas en línea o telefónicas.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) describe la salud mental como una parte integral de la salud en todos los ámbitos (física, mental y social), y aclara que va más allá de la ausencia de la enfermedad mental. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, más del 25% de la población mundial es víctima de trastornos mentales y del comportamiento en algún período a lo largo de la vida.
Qué hacer en caso de sentir depresión
Es muy importante saber que el mantener una salud mental estable, conlleva a reducir los riesgos de una desadaptación en todos los contextos de la vida: familia, pareja, estudio, comunidad, trabajo, amistades, entre otros, según comentó Álvaro Solano, director de la carrera de de la Universidad .
Por su parte, el docente de la Maestría de Psicología de la misma universidad, Christian Murillo, manifestó: "Lamentablemente, hoy la sociedad vive momentos vertiginosos y acelerados, que conllevan a una competencia constante, potencializadas por las redes sociales, que socava el estado mental de las personas, sobre todo de los más jóvenes, que muchas veces no buscan ayuda profesional porque priorizan los mitos y estigmas impuestos por la falta de conocimiento".
De acuerdo con los expertos, si bien es cierto, la vulnerabilidad económica es un determinante social que afecta la salud mental de las personas, pero también lo es la soledad, el abandono, la separación, la indiferencia familiar, la angustia, el estrés, la saturación, la presión social, la incertidumbre, el acoso laboral, el bullying y la violencia, y como las personas son seres indivisibles, las emociones afectan el resto de sus ámbitos personales, laborales y físicos.
Solano y Murillo brindaron una serie de consejos a las personas que sienten depresión:
- Cuando sienta que hay cambios emocionales, tristezas, desalientos, desgano, u otros sentimientos, busque ayuda profesional o una red de apoyo de confianza.
- Si bien es cierto los temas de salud son de índole privada, es posible que su empleador pueda brindarle apoyo si son conscientes de su condición. De lo contrario, podrían malinterpretar un cambio en su comportamiento como un problema de rendimiento.
- No tema en buscar en Recursos Humanos o en su jefe a un aliado para que le ayude a canalizar algún descanso, reajustar sus cargas laborales u horarios si fuera necesario.
- Ser abierto con sus compañeros de trabajo sobre la condición que experimenta puede ayudar a evitar rumores o chismes.
- Si su desempeño o productividad ha cambiado, comentarle a su compañeros de trabajo es más probable que sean comprensivos.
- Ahora bien, si su enfermedad mental no afecta su capacidad para hacer su trabajo y no necesita ningún ajuste en horarios o cargas de trabajo y piensa que más bien el comentarlo en el trabajo le puede reducir oportunidades o generar discriminación, entonces busque la ayuda profesional externa y mantenga redes de apoyo de confianza.
Con respecto a cómo apoyar a una persona con problemas emocionales, ambos especialistas brindaron algunos consejos:
- Observe en su entorno inmediato por si alguna persona requiere de apoyo, porque el problema es que cuando alguien pasa por una situación difícil o una crisis, no tiene la capacidad de pedir ayuda.
- Cuando una persona necesita su atención y apoyo, sugiera que hablen en un espacio privado, lejos de computadoras, teléfonos e interrupciones.
- Permita que la persona comience a hablar en su propio tiempo.
- Sea cálido y empático mostrando interés con su expresión verbal y no verbal.
- Escuche activamente y deje hablar sin interrumpir Sea alentador, haciendo preguntas abiertas como ¿Que paso después?
- Cuando alguien está angustiado, puede distraerse o confundirse. Entonces ayúdele a recapitular
- Recuerde que su papel no es resolver los problemas de su familiar, compañero o amigo, si bien es cierto que puede brindar algunos consejos, lo importante es ayudarle a buscar ayuda profesional.
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