Las hormonas juegan un papel importante en la calidad de vida de las personas. Gran parte del bienestar de cada uno depende de ellas, ya que influyen en el peso corporal, la sensación de vitalidad, la capacidad de conciliar el sueño y el deseo sexual.
El origen de varias dolencias también podría estar ligado al desbalance hormonal. Para el Dr. Paulo Castro, especialista en Medicina del Bienestar de Clínica Vitality, una de las grandes carencias que tiene la población actual es que ha perdido la figura del médico de cabecera y ante ello, buscan ayuda de uno y otro especialista sin contar con la guía de un doctor generalista.
“Al no contar con la guía de un doctor generalista, no tienen a nadie que les ayude a identificar al profesional médico idóneo para sus padecimientos, y en algunos casos, los síntomas del malestar se pueden deber a desbalances hormonales”, explicó el Dr. Castro.
¿Por qué mantener las hormonas balanceadas?
De acuerdo con el experto, un problema frecuente cuando se enfrentan algunos tipos de desbalance hormonal, es el trastorno neuropsiquiátrico. “La persona al percibir capítulos de depresión, ansiedad, falta de sueño, miedos irracionales, u otros, tiende a buscar la ayuda de un psiquiatra que usualmente recomienda fármacos para la atención de los síntomas, pero en realidad puede estar pasando un problema relacionado con la química hormonal”, señaló el especialista en Medicina del Bienestar.
Al ser tantos los casos de desbalances hormonales, es difícil definir cuáles tienen mayor o menor prevalencia. Sin embargo, sí hay tendencias frecuentes como trastornos tiroideos, principalmente el hipotiroidismo y en menor medida hipertiroidismo.
Estos conducen a problemas como sobrepeso o pérdida excesiva de peso; fatiga, calor o frío excesivos, dolores articulares y musculares; constipación, somnolencia y apnea del sueño.
“También están los trastornos relacionados con las hormonas sexuales, progesterona en mujeres y testosterona en hombres. En el caso de las mujeres, se presentan problemas comunes relacionados con los ciclos menstruales y la fertilidad, mientras que en el caso de los hombres, se incluyen síntomas como la pérdida de la libido, problemas de erección, fatiga permanente, depresión y pérdida de la masa muscular, entre otros”, comentó el Dr. Castro.
Uno de los temas más relevantes de los trastornos hormonales y de su tratamiento, para el experto, está relacionado con la calidad de vida del paciente. “Es posible que una persona que esté bajo medicación obtenga resultados aceptables en un principio, pero luego este tratamiento resulte insuficiente porque el reemplazo hormonal no está cumpliendo a cabalidad con la deficiencia que debe cubrir”, resaltó el médico de Clínica Vitality.
Por esta razón, recordó que es importante que el paciente no se conforme con un resultado que satisfaga a medida su necesidad, sino que más bien aspire a una terapia que le permita una mejor calidad de vida.
“Algunas mujeres tienden a considerar normales situaciones que no lo son, especialmente en cuanto a temas relacionados con sus hormonas sexuales, como por ejemplo: marcada irregularidad de sus ciclos menstruales, cambios variables en el tamaño de sus senos, hinchazón, alteraciones en el peso corporal, acné, fatiga y pérdida del deseo sexual”, contó el Dr. Castro.
Para el experto, el bienestar comienza por cuidar la salud genera, por lo que recomienda tener rutinas de vida saludable no necesariamente eximan a alguien del riesgo de un fallo de su sistema endocrino, pero ciertamente contribuirá a que no aparezca.
“Esté atento a su organismo y haga una alianza con sus hormonas para mejorar su bienestar integral y calidad de vida”, concluyó el experto.
Lenguaje corporal también influye
Un estudio de la Universidad de Harvard, analizó a un grupo de personas que debía ver fotografías de personas con posturas típicas de gente con alta autoestima, y también de personas con menor confianza en sí mismas, e imitar una de las imágenes durante dos minutos.
Para el proyecto tomaron muestras de saliva antes y después del ejercicio, y los resultados mostraron que tras la imitación de posturas dominantes, los participantes aumentaron un 20% su testosterona, mientras que si imitaban poses de baja autoestima, los niveles de testosterona disminuyeron en un 10%.
También se tomó en cuenta el nivel de cortisol, la hormona generada por el estrés. Cuando se imitaban posturas dominantes, el cortisol aumentaba en un 15%.
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