Por: Irene Zamora, Máster en Bienestar Emocional, Kokoro Bienestar
Las niñas y los niños usualmente viven el tiempo presente, es por eso que podemos ver un niño mostrar una inmensa frustración por haber perdido un juguete y luego de cinco minutos verle feliz y tranquilo. Lo importante es darles el espacio para que puedan comunicar esa emoción, que la respuesta de la emoción sea en relación con la situación a nivel de intensidad y tratar de que vayan reconociendo qué situaciones les generan determinadas emociones.
Algunas sugerencias de ejercicios de conciencia para trabajar con niños y niñas son:
- Meditaciones:
- Objetivo: Importancia de la pausas.
- Conectamos por medio de los sentidos. Vamos al jardín y nos sentamos sobre el césped y le decimos que vamos a jugar que somos una ranita. La ranita es un animal muy inquieto pero también se queda muy quietecito sobre las hojas que están sobre el agua, observando para luego brincar a otra.
Nos ponemos en posición de rana o sentaditos y nos quedamos muy quietos y tomamos conciencia de los sonidos, de los colores de la naturaleza, de la temperatura, del aire. Este ejercicio lo podemos hacer durante 5 minutos, y así hemos provocar una pausa de una manera meditativa y divertida.
- Visualizaciones
- Objetivo: Cuando leemos les leemos un libro, ellos se meten en la historia, se identifican con los personajes, y entonces pueden conectar con sus emociones y comunicarlas sin sentirse vulnerables.
- Podemos hablar con ellos con preguntas como: ¿Cómo cree que se sintió el personaje del cuento cuando le pasó X situación?
- Prestar atención a: Los colores, los dibujos en conjunto y que ellos nos transmitan: Qué colores les gustan más, qué sensación le dan esos determinados colores, etc.
- Conciencia plena:
- Objetivo: Atención en el aquí y en el ahora. Sentarse a comer es un proceso que nos lleva a experimentar con nuestros 5 sentidos y a traer nuestra atención al momento presente.
- Podemos taparles los ojos y elegir un alimento con características que sean curiosas. Le indicamos que estamos en un planeta desconocido y ahora tenemos que saber si lo que hemos encontrado es un alimento que nos va a hacer bien o mal.
- Ponemos el alimento en sus manos, que lo toque, que nos diga qué sensación le da, que lo tenga cierto tiempo.
- Lo acercamos a su nariz, y le preguntamos cómo huele, qué sensación genera, si le gusta, etc.
- Se lo ponemos cerca del oído y preguntamos si genera algún sonido si lo muevo, qué percibe, entre otras preguntas sobre el sentido del oído.
- Luego se lo paso por los labios y le pregunto si se siente suave, duro, etc.
- Por último le decimos que se lo coma y lo saboree con detenimiento.
- Una vez concluido le quitamos la vendas y le enseñamos el alimento y le preguntamos cómo se sintió, qué emociones tuvo, etc.
En estos momentos en que niños y niñas encerrados en la casa puedan sentir muchas emociones diferentes es importante darles el espacio para que puedan comunicarlas y no caigan en ansiedad.
- Un llamado a la paz en esta Navidad - 5 de diciembre de 2024
- Moto tag le ayudará a encontrar eso que siempre pierde - 4 de diciembre de 2024
- Las 5 etapas para liderar una Pyme - 3 de diciembre de 2024
Comentarios