En el marco del Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y Desperdicio de Alimentos, conmemorado el 29 de septiembre, distintas instituciones reunieron a sus profesionales para compartir iniciativas y acciones, cuyos objetivos son mitigar el impacto de esta problemática en la seguridad alimentaria y el desarrollo de la región.
Durante la cita, los participantes de la Oficina Regional de la Organización de Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (FAO), junto al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Ministerio de Agricultura de Argentina, y el Frente Parlamentario Contra el Hambre, hicieron un llamado a priorizar en las agendas políticas, los mecanismos para prevenir las pérdidas y desperdicios de alimentos en América Latina y el Caribe.
Esta región registra altos niveles de inseguridad alimentaria y el costo más alto de dietas saludables. En esta área se pierde el 11,6% de los alimentos después de la cosecha hasta la etapa de venta, equivalente a 220 millones de toneladas al año.
Con respecto a cifras mundiales, el 14% de los alimentos se pierden después de la cosecha hasta la etapa de venta, y el 17% se desperdician en la venta al por menor y en los hogares. Esto ocurre al mismo tiempo que 828 millones de personas padecen hambre a nivel mundial.
“La región presenta uno de los costos más altos a nivel mundial para acceder a una dieta saludable, y muchos de los alimentos saludables como frutas y hortalizas que aportan en la nutrición y la salud de las personas, son los que más se pierden y desperdician”, alertó Mario Lubetkin, representante regional de la FAO para América Latina y el Caribe.
Agregó que para acabar con las pérdidas y desperdicios de alimentos, "son necesarias acciones colaborativas entre el sector público, privado, la ciencia y las personas, para contribuir en la definición de políticas públicas, regulaciones y leyes, inversiones e innovaciones”.
Por su parte, Jairo Flores, coordinador regional del Frente Parlamentario contra el Hambre de América Latina y el Caribe, señaló que, en un contexto de aumento del precio de la canasta alimentaria y los fertilizantes, la gestión de las PDA es una responsabilidad que debe ser asumida con voluntad política traducidas en leyes y normativas que garanticen el derecho a la alimentación de las personas.
Germán Sturzenegger, coordinador de la plataforma Sin Desperdicio del Banco Interamericano de Desarrollo, enfatizó la necesidad de responder de manera urgente y de forma integral la reducción de las pérdidas y desperdicio de alimentos con la participación de los gobiernos, el sector privado y los consumidores, a través del fortalecimiento de capacidades.
Las personas especialistas de la FAO compartieron con más de 600 asistentes recomendaciones y estrategias que permitan articular esfuerzos y combatir la pérdida y el desperdicio de alimentos.
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