
Ante una fuerte tendencia mediática contra los edulcorantes, varios doctores han cuestionado el ataque contra sustitutos del azúcar, precisamente cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) detalla que hay más de 422 millones de personas en el mundo que padecen diabetes. De hecho, la mayoría de estos pacientes son de países con ingresos bajos y medianos, y hay 1,5 millones de muertes que se atribuyen directamente a la diabetes cada año.
¿60 sobres de edulcorante al día?
El Dr. Perry Wilson, director de Investigación Clínica y Traslacional del Acelerador en la Universidad de Yale, recurrió a Twitter para contextualizar uno de los estudios que ha tenido más de un millón de retuits con la frase "#sucralosa es tóxica para tu ADN". Y se pregunta: ¿alguien ha leído realmente el estudio en el que se basa esto?
A million tweets echoing the headline "#sucralose is toxic to your DNA" but, like, has anyone read the actual study this is based on? Let's dig in. (thread/) pic.twitter.com/Yv3ZTGuyzS
— F. Perry Wilson, MD MSCE (@fperrywilson) June 4, 2023
Este estudio fue publicado el 29 de mayo pasado en el Journal of Toxicology and Environmental Health y algunos medios publicaron sobre efectos dañinos en el ADN supuestamente causados por sucralose-6-acetato (S6A).
Según los autores del estudio, las muestras comerciales de sucralosa contienen hasta un 0,67% de S6A, una impureza de fabricación. A pesar de que varias noticias vincularon este estudio con Splenda, sus fabricantes aseguran que Splenda y sus ingredientes nunca fueron estudiados o probados en esta investigación. Aseguraron que el S6A no está presente en la sucralosa de la marca Splenda por debajo del límite de detección más bajo posible, que es un nivel de sensibilidad del 0,001%.
El Dr. Wilson puso en contexto el estudio que fue realizado con ratones y asegura que una persona tendría que ingerir 60 sobres de sucralosa al día para acercarse al umbral de daño al ADN mencionado en el artículo.
Protesta contra las malas prácticas científicas
El pasado 26 de junio, la Dra. Melissa Walton-Shirley, tuiteó “No se trata de promover el uso de edulcorantes artificiales. Es una protesta contra el uso de malas prácticas científicas para formular recomendaciones y pautas”, y en el mismo tuit compartió su defensa de los edulcorantes publicado en un artículo en Medscape.
It’s not about advocating for artificial sweetener use. It’s a protest against using bad science to formulate recommendations and guidelines. Read: In Defense of Artificial Sweeteners https://t.co/b3B7EjVGRe via @medscape
— Melissa Walton-Shirley (@MWaltonShirley) June 30, 2023
La Dra. Walton-Shirley es cardiología y defensora de los derechos de los médicos y la seguridad de los pacientes en los EE.UU. por lo que brindamos un resumen de su comentario en Medscape ya que, más de 140 millones de estadounidenses utilizan edulcorantes artificiales, un hábito impulsado por el hecho de que el exceso de azúcar es perjudicial.
Walton asegura estar sorprendida por los titulares alarmistas sobre el tema, después de que en mayo pasado, la OMS publicara un informe para respaldar su "recomendación condicional" en contra del uso de edulcorantes no azucarados (ENA) para el control del peso. A pesar de su objetivo de "proporcionar orientación basada en la evidencia", el informe de la OMS incluye la advertencia de que "la recomendación se basa en evidencia de baja certeza":
La baja certeza es una descripción precisa de los hallazgos de muchos de los más de 280 estudios en el informe. Que la guía no se aplique a pacientes con diabetes se perdió fácilmente en las repetidas menciones de los peligros percibidos de estas alternativas al azúcar.
La revisión incluyó diversos edulcorantes de mesa y en bebidas, incluyendo acesulfamo K, aspartame, sacarina, sucralosa, estevia y derivados de estevia. En este estudio, los azúcares bajos en calorías y los alcoholes de azúcar como el eritritol fueron excluidos.
La OMS analizó ensayos a largo y corto plazo, ensayos controlados aleatorios (ECA), estudios prospectivos y estudios de casos y controles que midieron una amplia gama de resultados, desde caries dentales hasta cáncer. El informe destacó que algunos hallazgos no pueden atribuirse directamente al uso de ENA, sino que pueden ser simplemente debido a su sustitución del azúcar. Tampoco se pudieron evaluar las diferencias en los resultados debido al sexo, la etnia y el estado de peso corporal.
De hecho, la OMS reconoció la posibilidad de causalidad inversa en los estudios observacionales en los que las personas con mayor riesgo pueden consumir más ENA. Se le da poco crédito a los edulcorantes no nutritivos para la pérdida de peso. "Solo se observó una diferencia significativa en el peso corporal y el índice de masa corporal en ensayos que informaron una reducción en la ingesta de energía... más que por una propiedad inherente de los ENA que puede modular el peso corporal (independientemente de la ingesta de energía)", dice el informe. Pero, ¿no es el efecto deseado de usar un edulcorante artificial en lugar de azúcar de mesa que se reduzca la ingesta de calorías?
La OMS señaló que la pérdida de peso no se mantuvo, un hallazgo en casi todos los ensayos de pérdida de peso en la historia y algo más atribuible a la naturaleza humana que al edulcorante que se elige.
El documento indica que los metaanálisis de estudios de cohortes prospectivos muestran que un mayor consumo de ENA se asocia con un mayor riesgo de diabetes tipo 2 y niveles elevados de glucosa en ayunas, mientras que los metaanálisis de ensayos aleatorizados no sugieren un efecto significativo en "biomarcadores utilizados en la evaluación y diagnóstico de diabetes y resistencia a la insulina, incluyendo glucosa en ayunas, insulina en ayunas y hemoglobina A1c".
Se observan disparidades similares en el riesgo cardiovascular. Los ensayos prospectivos sugieren un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, incluyendo accidente cerebrovascular y su precursor, la hipertensión; pero nuevamente, los datos de los ECA no encontraron evidencia que sugiera un efecto significativo "en biomarcadores utilizados en la evaluación y diagnóstico de enfermedades cardiovasculares, incluyendo presión arterial, colesterol de lipoproteínas de baja densidad y otros lípidos sanguíneos".
La industria se ha quejado, pero no ha tenido eco en los medios
Ted Gelov, CEO de Heartland Food Products, fabricante de Splenda (en el mercado desde 1999), lanzó un comunicado de prensa en el que asegura:
Cada pocos años parece que tengo que venir y aclarar titulares engañosos... Sugerir que los edulcorantes como Splenda no pueden tener beneficios a largo plazo es un perjuicio para los proveedores de atención médica, sus pacientes y todos los consumidores.
La Dra. Walton contactó a Heartland y recibió un documento de ocho páginas que consiste en más de 50 declaraciones, resúmenes y ensayos clínicos que respaldan la seguridad de los edulcorantes artificiales, incluida la sucralosa, un ingrediente de Splenda.
En 2016, Gelov refutó las afirmaciones de que la sucralosa estaba relacionada con el cáncer en ratones suizos machos. Estos "titulares dramatizados se basan en un estudio defectuoso de un laboratorio de investigación italiano aislado, el Instituto Ramazzini", escribió Gelov.
El Eritritol también fue satanizado
Quizás los datos científicos más preocupantes que sugieren una conexión entre el eritritol y problemas de salud sean los de un estudio de la Cleveland Clinic que muestra una asociación entre niveles elevados de eritritol en sangre y resultados cardiovasculares adversos como ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares o muerte.
Este estudio fue difundido mundialmente por agencias de relaciones públicas, en este se asegura que los investigadores también encontraron que el eritritol, que se encuentra en la estevia y algunos productos alimentarios cetogénicos, facilita la activación de plaquetas y la formación de coágulos.
Pero cuando la Dra. Walton preguntó a Heartland sobre estos hallazgos, Heartland declaró: "El estudio se realizó principalmente en pacientes que tenían un riesgo elevado de eventos cardiovasculares debido a su edad avanzada, masa corporal elevada y presencia de condiciones de salud preexistentes... los hallazgos declarados solo fueron una asociación y no pueden implicar causalidad".
Conclusiones de Walton
Las principales conclusiones a las que llegó la Dra. Walton-Shirley, publicadas en su artículo en Medscape son:
Se desperdiciaron muchos recursos en realizar ensayos con poco poder estadístico y mal diseñados sobre compuestos que ya son generalmente reconocidos como seguros por la FDA.
Las "pautas condicionales" de la OMS se basan, según su propia descripción, en una plétora de evidencia de "baja certeza" a "muy baja certeza". Los recursos destinados a producir el informe de la OMS y muchos de estos ensayos habrían sido mejor utilizados para educar al público sobre la diferencia entre carbohidratos simples y complejos, los efectos inflamatorios y generadores de enfermedades por el exceso de consumo de azúcares, y cómo prevenir, diagnosticar y tratar la diabetes.
Si se planean más ensayos sobre edulcorantes artificiales, deberían realizarse en personas que realicen actividades humanas, lo cual NO incluye ingerir 60 sobres de edulcorante en un solo día.
En mi propio ensayo personal N-of-1, consumir azúcar me hace desear más, sentirme lenta y ganar peso. No creo que los ENA por sí solos controlen mi peso. Pero seguiré bebiendo dos tazas de café endulzado con estevia todas las mañanas, caminando, evitando el alcohol, comiendo vegetales y esperando lo mejor.
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