Uno de los sistemas más complejos del organismo humano, es el tracto gastrointestinal; su función en el cuerpo es tan importante, que a menudo adopta el nombre de segundo cerebro.
A través de estudios se ha descubierto que la flora intestinal a nivel de colon e intestino delgado, pueden influir en los cambios de ánimo, enfermedades mentales y autoinmunes. Así lo explicó el doctor especialista en gastroenterología, Omar Alfaro.
“Durante años se ha considerado al intestino como un órgano secundario, con una función meramente excretora de las sustancias que no ocupamos en el cuerpo. Sin embargo, hoy se sabe -gracias al estudio de la microbiota intestinal- que el intestino juega un papel importante en nuestro organismo, que afecta el estado mental y de ánimo”, indicó el también presidente de la Asociación de médicos especialistas en gastroenterología y endoscopía digestiva.
Para la nutricionista Gloriana Arce, el verdadero conductor del cuerpo, más que el intestino, es la microbiota y los organismos que habitan en el tracto digestivo. “Si tenemos sobrecrecimiento de algunos de estos cuerpos que no son tan buenos y nos faltan otros que son mejores, nos causaría una disbiosis, es decir, un desbalance en el intestino”, detalló Arce.
Peligros de una mala salud intestinal
Aproximadamente un 70% de las células del sistema inmune vive en el intestino, es por eso que la salud de este órgano es clave para la inmunidad ante enfermedades.
Según ambos profesionales, Arce y Alfaro, las investigaciones apuntan a que si hay problemas en el intestino, es probable que se desarrolle más vulnerabilidad ante afecciones como la gripe, tiroides, artritis reumatoide e incluso Parkinson.
“Tener una mala salud intestinal puede ser detonante para el desarrollo de una enfermedad como el Parkinson, que es autoinmune. Acordémonos que estas se dan cuando el propio sistema ataca y que para desarrollar una enfermedad de este tipo, se ocupa tener un gen, un disparador que hizo que este se manifestara y que exista un desbalance en la microbiota”, aseguró Arce.
En el tracto gastrointestinal, también se encuentra entre un 80% y 90% de la serotonina que produce el cuerpo; sustancia neurotransmisora que influye en varias funciones corporales como por ejemplo en el peristaltismo intestinal (contracciones musculares que ocurren en el tubo digestivo).
El nivel de este neurotransmisor también se asocia a muchos trastornos psiquiátricos y su concentración puede reducirse cuando la persona presenta estrés, influyendo así directamente en el estado de ánimo, en la ansiedad y la felicidad.
Síntomas de desbalance
De acuerdo con los expertos en el tema, hay intestinos más sensibles que otros, sin embargo, existe una serie de señales, síntomas y comportamientos que pueden indicar cuando algo no está bien con este órgano.
“Cuando empezamos a tener mucha distensión abdominal, cuando tenemos cambios en el patrón defecatorio que se mantienen con el tiempo, es decir, si yo era una persona que no padecía de diarrea y tengo desde hace meses episodios de esta, es algo a lo que hay que poner atención”, recalcó Alfaro.
Por otro lado, las personas a veces tienden a preocuparse por la frecuencia con la que va al baño. Según investigaciones, se considera normal defecar desde tres veces al día, hasta tres veces por semana.
Nutrición ideal
En el intestino viven trillones de microbios esenciales para la digestión, ya que su actividad hace que el cuerpo absorba los nutrientes de los alimentos. Es por eso que para la nutricionista Arce, lo ideal es consumir la menor cantidad posible de productos procesados.
“Lo que más daña la microbiota es el uso de antibióticos. No se debe exceder en estos; desde una persona que toma por su salud hasta las que comen mucha carne, porque es común que esa proteína esté llena de antibióticos que digirió el animal”, contó la nutricionista.
El Dr. Alfaro recomendó no dejar a un lado el consumo de verduras y frutas: “Las dietas ricas en estos alimentos favorecen al intestino, que necesita la fibra y el líquido que tienen estas. Las grasas en general se deberían evitar o no abusar de ellas y ni qué se diga de los carbohidratos refinados y del alcohol, porque producen cambios en la fermentación que hay en el intestino y por ende, van a producir cambios en la microbiota de un paciente”.
Así que si volver a la nutrición ancestral, a los alimentos no procesados podría mejorar los índices en la salud pública. Y, según los especialistas, no solo en la salud física sino en la psíquica.
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