
Por su potente capacidad para aliviar dolor, los opioides derivados de la planta del opio, son utilizados para producir medicamentos como morfina y codeína, sustancias semisintéticas como la heroína que es una droga ilegal, y medicamentos para el dolor como la buprenorfina y la oxicodona.
En Costa Rica, la cantidad de personas que buscan apoyo por tener un consumo problemático de opioides, aumentó un 166% del 2017 al 2022, según datos del Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA).
La situación alertó a los profesionales de la salud de este instituto, principalmente por los efectos del consumo de sustancias psicoactivas, tanto en cada persona como en las familias, compañeros y amistades.
Uso debe ser con estricta responsabilidad
El Dr. Luis Eduardo Sandí, médico psiquiatra de la institución, comentó que el uso de estos medicamentos debe hacerse con estricta responsabilidad, pues a pesar de que son excelentes para el tratamiento de dolor moderado o severo, pueden producir somnolencia y sedación, factores que producen paros respiratorios.
“Los opioides causan efectos como somnolencia, problemas de memoria y dificultad para concentrarse, náuseas y estreñimiento. También pueden provocar respiración lenta, lo que puede generar muertes por sobredosis”, detalló el experto.
Asimismo, por sus efectos contra el dolor y su capacidad para producir euforia, bienestar y anestesiar emociones no placenteras, las personas que los usan constantemente, tienden a producir una dependencia física severa, “pues se trastoca la capacidad interna del cerebro para producir sus propios opioides”, dijo Sandí.
“La mayoría de las personas que consumen opioides desarrollan dependencia, es decir, consumen por largo tiempo el medicamento a dosis estables para evitar la supresión; sin embargo, las personas con antecedentes de adicción o con trastornos mentales severos, consumen de manera controlada, compulsiva, con significativas repercusiones en su funcionamiento familiar, laboral y social. Cualquier persona que tome opioides corre el riesgo de manifestar una adicción”, añadió el doctor.
El IAFA recordó que el paso más importante para evitar una adicción, es reconocer que nadie está a salvo y que todas las personas están implicadas al momento de enfrentar el problema que las drogas generan en seres queridos, o bien, comunidades.
Quienes viven esta situación, pueden acudir a la Clínica de deshabituación de opioides, que brinda servicio especializado con equipo interdisciplinario conformado por médico, psiquiatra, psicólogo y trabajador social, quienes se encargan de hacer una evaluación detallada.
La institución también cuenta con un Programa de atención a pacientes que se ubica en las oficinas centrales en San Pedro; con la Casa JAGUAR que atiende a menores de edad con problemas de drogadicción, los Centros de Atención Integral en Drogas (14 en todo el país) y la línea 800 4232 800, que brinda información, apoyo, contención y referencia sobre problemáticas relacionadas al consumo de sustancias psicoactivas.
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