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La alimentación en pacientes con Parkinson

Recomendaciones para mantener bien nutrida al paciente con Parkinson

Por: Dra. Wendy González, Colegio de Profesionales en Nutrición


La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que se caracteriza por la pérdida de neuronas que responden a la dopamina y por un déficit de esta. Las manifestaciones clínicas de los pacientes incluyen síntomas motores y no motores. Uno de los síntomas no motores es la pérdida de peso y un alto riesgo de desnutrición y deshidratación.

En Costa Rica este padecimiento se ha visto incrementado en los últimos años, en parte debido a que cada vez es más la cantidad de personas mayores de 60 años en el país, ya que la edad avanzada es uno de los factores de riesgo.

Alimentarse de manera adecuada es un factor de protección para prevenir la enfermedad o evitar su progreso.

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La enfermedad de Parkinson afecta al sistema digestivo porque dificulta el masticar, mantener los alimentos en la boca, mantener la boca cerrada, y tragar. Además puede haber presencia de tos o ahogamiento al comer o beber que puede llegar a ocasionar enfermedades secundarias como neumonía, reflujo gastroesofágico, dispepsia o sensación de llenura, enlentecimiento de la digestión, absorción ineficiente de los nutrientes, estreñimiento, constipación y cólicos. Todas estas condiciones pueden generar anorexia o desgano para alimentarse y temor relacionado con el momento de alimentarse, así como depresión y aislamiento, lo cual puede conllevar a un deterioro de la nutrición.

Recomendaciones

Seguir una serie de recomendaciones como las siguientes pueden contribuir a mantener bien nutrida a la persona que padece esta enfermedad:

  • Ofrecer hasta 6 tiempos de comida con cantidades pequeñas pero que incluyan todos los grupos de alimentos posibles según el tiempo de comida: harinas, leguminosas, carnes, vegetales y frutas.
  • Presentar los alimentos como purés, cremas, batidos, picadillos, compotas y en caso necesario espesar los líquidos, con maicena, por ejemplo.
  • Brindar variedad de alimentos en cada tiempo de comida para favorecer el aporte de diversos nutrientes.
  • Procurar el consumo de al menos 1 taza con vegetales no harinosos cocinados y 3 tazas de fruta fresca todos los días. Por ejemplo: ayote tierno, chayote, zanahoria, espinacas, tomate, además de frutas.
  • Vigilar que el consumo de agua sea diario entre 2 y 3 litros de agua, consumidos en pequeños sorbos a lo largo del día.
  • Brindar los alimentos fuente de proteína como pollo, carnes rojas, pescados, huevos, lácteos en la cena y no durante el día para evitar que interfiera con el efecto del medicamento Levodopa.
  • Separar las comidas de la toma del medicamento con espacios de tiempo de al menos 45 minutos.
  • Permitir la exposición al sol antes de las 9 am o después de las 3 pm al menos durante 15 minutos, 3 veces por semana para favorecer la producción interna de vitamina D.

La persona cuidadora

La educación y la consejería que se le brinden a la persona cuidadora juegan un papel clave en la implementación de estrategias que contribuyan al proceso de alimentación y a una adecuada nutrición y deben ir acordes al estado de la enfermedad.

Algunas de las técnicas de alimentación recomendables son:

  • Brindar una superficie antideslizante para colocar la vajilla sobre la mesa, utilizar cubiertos con agarraderas grandes y gruesas, y tazas para bebidas con doble agarradera.
  • Servir los alimentos en platos hondos.
  • Usar algún tipo de pajilla o estructura absorbente para tomar los líquidos si lo desea la persona.
  • Disponer de suficiente tiempo para comer y evitar alimentarse al lado de personas que acaben sus alimentos muy rápido.
  • No hablar al estar comiendo.
  • Comer en una silla y mesa seguras que aporten comodidad y contribuyan a mantener una postura erguida, con la espalda recta, recostada al respaldar.
  • Ofrecer bocados pequeños, intentando masticar bien y percatándose de si la persona cerró la boca.
  • Esperar que la boca esté vacía para introducir un nuevo bocado.En caso de que después de tragar un bocado aun quede alimento en la boca permitir que la persona intente tragar una o dos vece más si es necesario.
  • Una vez que la persona ha acabado de comer es importante que se mantenga sentado no menos de 30 minutos.
  • En todos los casos se debe evitar un ambiente de estrés o tensión a la hora de comer.

La asesoría del nutricionista es indispensable y recomendada para obtener la alimentación que cada persona requiere y en las condiciones que es necesario que se le brinden, esto conducirá a la disminución del deterioro funcional asociado con el envejecimiento y a retardar la progresión de la enfermedad de Parkinson y procurar la mejor calidad de vida posible.

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