La idea de poner un impuesto a las bebidas alcohólicas volvió una vez más al panorama nacional, esta vez como una vía para ayudar a las personas que perdieron o perderán su empleo a causa de la situación que provocó el Covid-19.
Marco Otoya, director del programa Docente del Centro Internacional de Política Económica de la Universidad Nacional (Cinpe-UNA), propuso un impuesto de ¢0,25 por mililitro a la cerveza y otro por ¢0,30 por mililitro a otros productos con alcohol.
La medida se aplicaría durante seis meses y se estima que generaría alrededor de US$45.000.000.
Medida es de las más efectivas para reducir consumo nocivo de alcohol
De acuerdo con Jesús Méndez, antropólogo del Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), esta es una de las medidas más costo-efectivas para reducir el consumo nocivo de alcohol.
“Por un lado permite la introducción de recursos nuevos a las arcas estatales, sin necesidad de que el Estado invierta dinero para la obtención de los impuestos, y por otro, desestima el consumo excesivo de bebidas alcohólicas pues las personas tenderán a comprar menos”, indicó Méndez.
Según el antropólogo, este tipo de iniciativas deben ser permanentes e incluso, señaló que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado desde el 2010 que este tipo de proyectos se tienen que adoptar en todos los países.
“La experiencia en tabaco ha evidenciado el éxito de estas medidas, pues se disminuyó el consumo de la sustancia y también aumentaron los recursos que entran al Estado”, aseguró el funcionario del IAFA.
Informe de la OPS y la OMS aseguran efectividad
Un informe sobre la situación mundial del alcohol y la salud realizado en el 2018 por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la OMS, indica que, dentro de las estrategias de acción y marcos de seguimiento a nivel mundial, se encuentra el aumento de los impuestos.
El documento indica que la actualización de la evidencia sobre costo-efectividad, de las opciones de política e intervenciones emprendidas en el marco del plan de acción mundial para la prevención y el control de enfermedades no transmisibles, creó un nuevo conjunto de acciones para disminuir el consumo nocivo de alcohol.
Parte de estas acciones es el aumento de impuestos sobre las bebidas alcohólicas, la formulación y aplicación de prohibiciones o restricciones totales a la exposición de la publicidad del alcohol en múltiples tipos de medios de comunicación y la formulación y aplicación de restricciones de alcohol vendido al por menor.
Diputado Villalta propuso impuesto en 2018
En el 2018 el diputado del Frente Amplio, José María Villalta, propuso crear un impuesto a las bebidas alcohólicas, como una alternativa al impuesto que la administración Alvarado Quesada puso a los productos de la canasta básica.
De acuerdo con el congresista, la iniciativa ya había tenido efecto en el pasado y podría generar ingresos de hasta ¢10.000 millones.
La propuesta de Villalta incluía un impuesto de ¢12 por cada unidad de bebida alcohólica producida en el país o importada, cerveza y “coolers” de 350 ml; los vinos, espumantes y sidras de 125 ml; cremas, vermout, jerez, oporto, ponche y rompopes de 75 ml; y para el resto de las bebidas alcohólicas de 31,25 ml. Esta medida excluía a los productos para exportación.
Durante la administración de Abel Pacheco en 2002, se implementó una medida simiar, la Ley 7972 Creación de cargas tributarias sobre licores, cervezas y cigarrillos y generó ingresos de ¢3.000 millones.
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