El acoso laboral, el acoso sexual callejero y el hostigamiento sexual son problemas de seguridad ciudadana, donde las principales perjudicadas son desde muy temprana edad las mujeres.
Según datos del Ministerio de Justicia, en el 2017 se registraron 9.436 delitos sexuales, de los cuales el 87% fueron presentadas por mujeres (8.240 denuncias). Por hostigamiento sexual se reportaron 207 casos en entidades públicas durante ese mismo año (77% de las víctimas fueron mujeres).
En cuanto al acoso sexual callejero, la Encuesta de Actualidades realizada por la Universidad de Costa Rica (UCR) en el 2015, estima que 62% de la población femenina a la que se le aplicó, sufrió este tipo de acoso. Un 37% expresó que principalmente sintió enojo ante la situación, 16% incomodidad y 12% miedo.
Para la psicóloga Mary Rojas de la Fundación Ser y Crecer, estas estadísticas “nos dicen que estamos frente a una problemática social, de desigualdad y de ejercicio de poder, donde uno se cree con el derecho de ejercer este tipo de conductas violentas sobre la mujer por solo su condición de ser mujer”.
La experta en la atención de personas sobrevivientes de abuso sexual añadió que “todas estas son manifestaciones de abuso de género y esta violencia contra las mujeres es ya de hace muchísimos años. Sin embargo, lo hemos visto más frecuentemente en las noticias con la violencia intrafamiliar, cuyos casos en gran parte terminan en femicidios”.
Ante la problemática, denuncie
Rojas indicó que es necesario que los ciudadanos sean conscientes de que ningún tipo de acoso es menos importante que los demás. Aseguró que todas son manifestaciones de violencia que requieren ser denunciadas para lograr un cambio.
Según explica, para ello es importante adquirir un compromiso como sociedad, con el que se incentive a las víctimas a acudir a los centros indicados para realizar las denuncias y con el que se pueda crear una campaña de capacitación para todas las personas sobre temas relacionados con el acoso.
“Es importante que todos los ciudadanos estén al tanto del procedimiento que requiere el interponer una denuncia. Así como tiene la misma importancia que quienes hayan visto la acción, ayuden a la víctima siendo testigos. El conocimiento y la información nos empoderan para salir adelante ante una situación de estas; el desconocimiento, por otra parte, causa miedo y por eso muchas personas no denuncian”, detalló la psicóloga de la Fundación Ser y Crecer.
A través de la educación se pueden lograr grandes cambios, los primeros en recibirla deben ser los padres. Una labor que Rojas cataloga como complicada, compleja y necesaria.
“Los padres de familia deben reconocer la importancia de transmitirles la información correcta a sus hijos. Es desde ahí de donde surgen los cambios. La educación debe ser tanto en la escuela como en el hogar, hay que inculcar el respeto y el reconocimiento del derecho ajeno, la solidaridad con quienes necesitan nuestro apoyo y la responsabilidad. Es decir, explicar que todo lo que hacemos tiene consecuencias, buenas o malas”, recalcó la psicóloga.
En proceso de un cambio
Para tratar la problemática del acoso callejero y con el fin de garantizar espacios de paz y libertad especialmente para las mujeres, el Ministerio de Seguridad Pública (MSP) implementó el “Protocolo de intervención policial en la atención de casos de acoso sexual en espacios públicos o de acceso público”.
A través de esta herramienta tres personas ya han sido aprehendidas y fueron condenadas por los juzgados contravencionales, ya que el acoso callejero es establecido por la legislación como una contravención.
Eduardo Segura, viceministro de Seguridad, señaló que “es importante hacer un llamado a las mujeres que hayan sido víctimas para que acudan a un oficial de Fuerza Pública que esté cercano o a la delegación policial. También pueden llamar al 9-1-1”.
La Fuerza Pública ya aplicó el protocolo en 58 situaciones entre octubre del 2018 y abril pasado, siendo el cantón Central de San José donde más casos se presentan, Heredia de segundo y Cartago en tercer lugar.
También existen colectivos que trabajan por hacer un cambio en la sociedad con respecto a esta problemática. La Fundación Ser y Crecer es una organización no gubernamental de bienestar social y sin fines de lucro que atiende a personas sobrevivientes de abuso sexual o en riesgo de abuso, ya sean niños, niñas, adolescentes, jóvenes, adultos o personas mayores.
Para cumplir con su objetivo, un grupo de profesionales de la organización se encargan de brindar acompañamiento psicológico a la persona afectada y su familia. También ofrecen talleres, charlas y capacitaciones en comunidades, centros educativos o empresas sobre prevención del abuso sexual y otros temas relacionados a la niñez y la adolescencia.
Asimismo, la Comisión Permanente Espacial de la Mujer de la Asamblea Legislativa, conformada por las diputadas Franggi Nicolás, Paola Valladares, Mileydi Alvarado, Ivonne Acuña, Nielsen Pérez, Shirley Díaz y el legislador José María Villalta, aprobó un texto del proyecto de ley que busca sancionar el acoso sexual callejero en el país, sin embargo los miembros aún debaten cómo tipificarlo.
Esta iniciativa pretende establecer protecciones para las víctimas, similares a las medidas que sancionan la violencia doméstica.
Para denunciar
El acoso laboral consiste en un comportamiento negativo, continuo y deliberado de una o varias personas hacia un trabajador durante una relación laboral o en el lugar de trabajo. Acciones como burlas sobre la apariencia física o forma de vestir, agredir física, verbal o emocional, discriminación por orígenes o nacionalidades, gestos de menosprecio, crear rumores o críticas, sobre las personas trabajadoras, son consideradas acoso.
Por otra parte, el hostigamiento sexual son todas las conductas sexuales indeseadas por quien las recibe y que provocan efectos perjudiciales en aspectos como empleo o docencia, en el desempeño y cumplimiento laboral o educativo y en el estado general de bienestar personal.
Las personas afectadas pueden presentar sus denuncias ante el Ministerio de Trabajo o ante los juzgados de trabajo, indicar el nombre y las calidades de la persona denunciada, identificar la relación laboral existente, describir las situaciones en las que considera que hubo acoso y posteriormente deberán presentar pruebas o testigos que den fe de lo que sucedió, pueden ser imágenes, correos o mensajes.
Los centros educativos y de trabajo, están en la obligación de crear mecanismos necesarios para que, quien lo requiera, pueda interponer las denuncias de hostigamiento sexual. Por lo general, las empresas cuentan con un reglamento interno de trabajo que incluye capítulos acerca del acoso y hostigamiento; en esta sección se encuentran los castigos que una persona acusada puede recibir.
En el caso del acoso sexual callejero, es un tipo de violencia particular porque no implica una relación entre la víctima y su agresor. Entre las prácticas que incluye este tipo de violencia, están los silbidos, comentarios sexuales explícitos, miradas fijas, tocamiento, exhibicionismo y seguimiento.
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