Por: Ligia Bobadilla, Fundadora de Proyecto Daniel
Cuando se aplica quimioterapia o radioterapia o hay un transplante de médula los pacientes de este tipo se ven muy disminuidos para que el sistema inmunitario los defienda con un ataque de un virus o una bacteria.
Los cuidados obvios de estos pacientes son fácilmente identificables pero los procesos de trasladarse a los hospitales para que les apliquen la quimioterapia o radioterapia son de altísimo riesgo porque la gran mayoría de pacientes con cáncer son gente con muy escasos recursos económicos.
En Proyecto Daniel, tenemos casos de pacientes que después de una semana de estar internados con aplicaciones de quimioterapia en un hospital en San José, tienen que salir a buscar un autobús para que los transporte hasta lugares alejados como pueden ser Los Chiles de Alajuela, Santa Cruz, Talamanca, Siquirres, etc.
En este lapso hay varias posibles fuentes de infección del paciente:
- Contagio en los hospitales al estar expuestos a personal hospitalario asintomático.
- Contagio con los acompañantes que no muestran señales de infección.
- Contagio con la gente que los acompaña en el autobús o se aglomera en las paradas de buses.
- Falta de limpiadores básicos en sus casas, tales como jabón o alcohol y en algunos casos la escasez de agua.
La Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) provee ambulancias de una manera selectiva para trasladar pacientes del Hospital Monseñor Sanabria de Puntarenas al Hospital México, por ejemplo, pero en el mismo vehículo vienen varios pacientes inmunodeprimidos.
El cáncer lleva consigo la pobreza
El otro tema importante con respecto a la situación del cáncer es que muchos de nuestros muchachos y muchachas se ven obligados a renunciar al trabajo. Tanto el paciente como su cónyuge deben renunciar a sus trabajos para darle seguimiento a la enfermedad y luchar por su vida.
Esta enfermedad no tiene compasión con quienes tienen los medios para defenderse y mientras haya esperanza los familiares del paciente oncológico harán todo lo posible para curarle o darle calidad de vida durante los últimos días. Calidad de vida de un paciente en los últimos días puede incluir tener la tranquilidad de que en su casa haya lo básico de alimentación: arroz, frijoles, manteca, azúcar y sal.
Instituciones como el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) han sido incapaces de entender esto y en varias ocasiones que en Proyecto Daniel tratamos de ayudar a pacientes y familiares con cáncer la burocracia del IMAS evitó que se pudiera hacer, argumentando por ejemplo que la familia tenía que estar clasificada como una familia en “POBREZA EXTREMA”. Las familias de pacientes oncológicos hacen lo que sea por sostener la esperanza de vida e hipotecan, venden, piden préstamos con tasas de usura para aliviar la pena de lo que están pasando. Con los estándares del IMAS la mayoría de los pacientes oncológicos no califica para que los ayuden.
En estos momentos y en los meses que vienen la crisis de estas familias se agrava y siendo los candidatos primarios para ser contagiados con el virus, podrían convertirse en el vector principal de multiplicación de esta enfermedad.
Empresas de alimentos, transporte, medicamentos y organizaciones sin fines de lucro podrían ayudar a paliar esta difícil situación de las familias de los inmunodeficientes. De verdad que es gente que lo necesita.
Las ONG pueden ayudar más rápidamente
Por otra parte, al observar el gran despliegue de ejecución que ha tenido la CCSS para afrontar la crisis, queremos alertar que una vez que se controle la crisis, algunos funcionarios podrían ser acusados por la Contraloría General de la República (CGR) porque no cumplieron con los procedimientos.
En el año 1995 la Comisión de Emergencia completa (de la cual el Presidente de la Caja es miembro) fue acusada por la CGR porque mandó a reparar un puente en el Valle de la Estrella que se estaba cayendo y los vecinos tenían que meterse al río para salir a buscar víveres y asistir a la escuela. La CGR dijo en aquel momento que la emergencia no se daba hasta que se cayera el puente y por lo tanto era ilegal la contratación que se había hecho, con la Comisión de Emergencias.
Si trasladamos esa misma línea de pensamiento al año 2020, la Contraloría podría decir que fue ilegal remodelar un hospital para tener 88 camas de pacientes del virus porque todavía no estaban los pacientes.
Los que hemos pasado por la Administración Pública podemos visualizar que eso se puede dar y por eso es que proponemos que se canalicen ayudas directas a las familias de pacientes con cáncer a través de las ONG debidamente registradas y que tengan el antecedente de haber servido a la comunidad oncológica durante varios años.
Con la situación actual, el Gobierno debe buscar vehículos de ayuda a pacientes oncológicos que no los exponga a las tradicionales acusaciones. Hay que proteger al paciente hoy y no sujetar las ayudas a la burocracia. Los pacientes no pueden esperar a que los empleados públicos cumplan con todos los requisitos de la burocracia para luego no verse demandados. Se debe actuar ya.
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