Por: Vladimir de la Cruz, Historiador
Conocía a Mario Barrenechea Coto desde tiempos de estudiante en la Universidad. Él un poco más joven que yo, no muy cercano a las luchas en que yo participaba pero nos veíamos con respeto, y con esa amistad que surge en el ambiente universitario, apoyando las luchas propiamente estudiantiles, y no tanto las políticas.
Le perdí la pista hasta que apareció en la Gerencia del Banco de Costa Rica, en 1997 y luego en el 2014, nombramientos que tuvo por su amplia carrera bancaria, en el país y en el extranjero, con estudios de especialización en el extranjero, con trabajos en First National of Boston, el Chase Manhathan Bank. En Costa Rica fue fundador y director de Banex, que luego cambió de nombre por Davivienda, en el Banco Cathay, en el Grupo Monge hasta llegar al Banco de Costa Rica (BCR).
Un día me llamó para plantearme una idea que tenía sobre la “privatización” del BCR. Me contó que estaba hablando con el Sindicato de esa institución, que según él tenía muy avanzada, y con aparente apoyo sindical, según me lo hizo saber, al menos con algunos de sus dirigentes sindicales. Era un proyecto alternativo al que en ese tiempo, 1997, proponía el Poder Ejecutivo, idea que mantuvo casi por tres años.
Como dirigente bancario, se enfrentó a directrices políticas del Banco Central, para limitar el crecimiento del crédito, así como para aumentar las tasas de interés, por lo que finalmente lo obligaron a salir del BCR en 2003, para volver años después.
En 2017, en su segunda etapa en el BCR, estalló un “escándalo” alrededor de un préstamo de $31,5 millones al empresario Juan Carlos Bolaños, y a su empresa Sinocen Costa Rica, que se había realizado en el 2015, para importar cemento chino. Enfrentándose este empresario a los fuertes intereses que controlaban la producción y comercialización del cemento en el país, especialmente para tratar de romper el duopolio de las empresas Holcim y Cemex, con la idea de ampliar el mercado con beneficio para los costarricenses. En la visión de Barrenechea y el BCR estaba disminuir el desempleo e incentivar la economía.
El “escándalo” se asoció a tráfico de influencias con personajes de los tres Poderes del Estado y con dirigentes políticos de los partidos Acción Ciudadana, Liberación Nacional, Movimiento Libertario, Unidad Social Cristiana, sucesos que condujeron a la suspensión total de la Junta Directiva del BCR; detención y procesamiento judicial contra Mario Barrenechea y otros personajes asociados a este “escándalo”. De una forma muy bochornosa, que hasta esta fecha no ha conducido literalmente a “nada”, habiéndosele hecho un gran daño, en la forma como fue tratado, deteriorándole en su salud, no solo emocional, sino también física por la forma en que estuvo detenido, tanto en prisión, con varios arrestos, como en su domicilio, habiendo estado en ocasiones hospitalizado, incluso con intervenciones quirúrgicas.
Como dirigente del BCR se preocupó de su modernización, de sus aspectos tecnológicos y marketing, de su parte organizacional, de sus 250 oficinas, de su vocación de banca minorista, del entrenamiento y reentrenamiento de sus empleados y especialmente de sus gerentes; de la necesidad de reducir empleados por la vía de la movilidad laboral voluntaria, que incluía gerentes y directores; de la eliminación del esquema salarial de base más pluses, que cubría casi al 25% de los empleados del Banco, lo que había logrado con acuerdo sindical, llegando a tener hasta 161% de utilidades netas en un año.
Por motivo del escándalo provocado terminó renunciando al Banco el 3 de abril del 2018. La Contraloría General de la República le sancionó con prohibición de ingreso a cargos de la Hacienda Pública por dos años.
Interpuso en su favor un recurso de Hábeas Corpus considerando que había recibido tratos degradantes y que se le habían violentado derechos contemplados en la Convención Interamericana de Derechos Humanos para la protección de personas adultas mayores detenidas por la ley, pensando llevar su caso a la Corte Interamericana de los Derechos Humanos.
Según Mario Barrenechea se le sometió a un proceso más que judicial de tipo político, que para él era más típico de un régimen fascista. Siempre afirmó que él no era un funcionario corrupto, y que en su figura solo se había encontrado un chivo expiatorio para el “público sediento de sangre”. Estaba empeñado en “limpiar” su nombre.
Era partidario de que a nivel estatal solo debería haber un solo banco en el negocio de la banca comercial.
Su familia sobreviviente es de seis hijos y dos hermanos.
Para su familia, Mario Barrenechea fue llevado a “la pena de muerte” donde nunca fue formalmente acusado ni fue condenado, donde le quitaron su derecho a vivir intensamente con su familia, donde sus amigos le dieron la espalda, en su lucha de tres años por recuperar su honor y su dignidad.
- AGECO: Reconozcamos la dignidad de las personas adultas mayores - 10 de enero de 2025
- Cómo establecer las metas financieras para el 2025 - 9 de enero de 2025
- Serie HONOR Magic 7: Tecnología de próxima generación revelada - 9 de enero de 2025
Comentarios