Desde la infancia, las personas desarrollan destrezas útiles para alcanzar una vida de mayor realización personal, que a la vez ayudan a superar desafíos y circunstancias inesperadas.
Algunas de ellas son la empatía, confianza en las propias capacidades, lograr asumir retos personales y capacidad para enfrentar temores o aprender de los errores y fracasos.
Estas facultades son llamadas popularmente “habilidades para la vida” y según Cristhiam Álvarez, gerente de Impacto de World Vision, se pueden dividir en tres etapas: las fundamentales que se consolidan en los primeros cinco años de vida, las esenciales que se forman entre los 6 y 11 años y el fortalecimiento de estas en la adolescencia.
“Las habilidades para la vida se van formando como un encadenamiento en el que es necesario trabajar lo fundamental y lo esencial para llegar a las habilidades aplicadas”, explicó Álvarez.
En la primera etapa se incluyen destrezas de percepción, motricidad, ritmo y lenguaje; en la segunda, habilidades para memorizar, analizar, tomar decisiones, resolver problemas y desarrollar empatía, mientras que en la tercera se establecen metas, toma de decisiones, estilos de vida saludables, manejo del estrés, liderazgo y emprendimiento.
Cómo estimular estas habilidades en niños y niñas
De acuerdo con Álvarez, existen maneras de estimular estas habilidades en la vida de niños y niñas, especialmente en sus primeras etapas de desarrollo, por lo que enumeró cinco pasos para lograrlo:
- Provocar el juego: A través del juego la niñez aprende, modela y ensaya situaciones que luego enfrentarán en la vida real. “Ofrezca a los menores de edad tiempo y espacio para jugar libremente, en especial con situaciones que les reten a usar la imaginación y la creatividad”, recomendó el experto.
- Incentivar el arte: En este tipo de actividades los niños y niñas pueden expresar sus pensamientos y sentimientos, sin importar la disciplina artística elegida. El teatro, por ejemplo, contribuye con las habilidades de atención y concentración, manejo emocional, empatía y creatividad.
- Estimulación temprana: Garantiza el desarrollo de las posteriores habilidades esenciales y aplicada. Se deben buscar maneras de estimular destrezas cognitivas, sensoriales, motrices y emocionales.
- Conocer sobre pasatiempos favoritos: Mantener buena comunicación con los menores es vital para conocer intereses y pasatiempos favoritos. “Bríndeles espacios y oportunidades como grupos, clubes, o equipos deportivos para practicar sus actividades favoritas y profundizar en sus intereses desde la perspectiva de las habilidades para la vida; esto les permitirá explorar su talento y vocación”, aconsejó Álvarez.
- Mantenerse informado: Las habilidades para la vida es un tema en desarrollo, por lo que los padres de familia y encargados de los menores, deben informarse sobre el tema para que conozcan cómo fortalecer las buenas prácticas y de qué manera estimular al máximo el desarrollo de estas destrezas.
“Las habilidades para la vida son un tema que actualmente está en constante evolución y pocos profesionales de la psicología y del desarrollo personal, dudan de su enorme impacto sobre la capacidad de toma de decisiones, el pensamiento crítico, las relaciones interpersonales, la empatía y el maneo emocional de las personas”, concluyó el gerente de Impacto de World Vision.
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