
Aún en periodo de vacaciones, los estudiantes no deben detener su aprendizaje y desarrollo académico, pues de esta manera pueden seguir progresando en su rendimiento académico y desarrollo de habilidades.
Precisamente, mantener pequeñas rutinas de estudio de aproximadamente 30 minutos, puede significar un avance equivalente a hasta tres meses. Así lo ha constatado la franquicia internacional Kumon en sus estudiantes que han continuado con el proceso incluso en recesos lectivos.
Melania Baltodano, instructora del Centro Kumon Escazú, explica: "El dedicar media hora de estudio en matemáticas o inglés, puede representar un impacto positivo en el conocimiento de los estudiantes, que inconscientemente se estarían preparando para tener un regreso a clases de mayor provecho y mejores calificaciones".
La experta agrega que el cerebro se debe activar y ejercitar todos los días, lo que es especialmente importante en edades tempranas para evitar una afectación en la continuidad del aprendizaje de las materias más susceptibles, sobre todo en aquellas que implican procedimientos, como las operaciones matemáticas, lectura y escritura.
Práctica permitirá a estudiantes ser destacas y comenzar siguiente ciclo con confianza
Durante las vacaciones se rompe la rutina de trabajo de los niños y si no se fomenta el cumplimiento de pequeños deberes, cuando vuelvan a las aulas será más difícil recuperar el ritmo que tenían antes.
Si se obtuvo buenas notas en el ciclo anterior, realizar esta práctica permitirá ser un estudiante aún más destacado el siguiente ciclo. Si por el contrario, tuvo retos importantes, aprovechar el verano dará más herramientas para iniciar un nuevo grado con más confianza y mejorará su desempeño desde el primer día de clases.
Baltodano agregó: “Sin duda, mantener estos hábitos de estudio en vacaciones puede ser un desafío para padres de familia y sus hijos, por lo que es fundamental presentarles una propuesta efectiva, atractiva y real”.
Algunas recomendaciones para fomentar los hábitos de estudio en estas vacaciones son:
- Crear rutinas de estudio viables, es decir, que van en un rango de entre 10 y 30 minutos y cuyas asignaciones estén adecuadas al nivel respectivo.
- Se recomienda que se realicen en la mañana. No importa el lugar donde se encuentren pasando las vacaciones, se sugiere que los niños realicen sus asignaciones antes de iniciar las demás actividades del día.
- Los padres y encargados deben propiciar que estos espacios sean divertidos y entretenidos, siempre manteniendo una línea de independencia en la que realicen por ellos mismos las asignaciones. El rol de la familia es acompañar y motivar.
- Las materias también se pueden repasar de manera casual a lo largo del día, por ejemplo, escuchando canciones o películas en inglés, pidiendo a los niños que realicen operaciones matemáticas mientras se va de compra o terminando el día con la lectura de un libro.
“Lamentablemente creemos que estudiar en vacaciones es un castigo o no tiene sentido, dándole una connotación negativa a la educación. El proceso académico no debe ser visto como una obligación sino más bien como esa etapa en la que las personas inician su crecimiento y definen y construyen su futuro. Los padres que procuran que sus hijos continúen vinculados al aprendizaje no son estrictos en exceso ni crueles, están más bien promoviendo un beneficio que pronto tendrá frutos”, concluyó Baltodano.
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