Costa Rica es reconocido mundialmente en cuanto a protección y conservación de los recursos naturales. No obstante, uno de los principales retos que enfrenta de cara al futuro es el de la descarbonización de su economía.
La tendencia en los próximos años, será realizar acciones concretas que permitan armonizar las metas de descarbonización con las prácticas comerciales e industriales de todos los sectores económicos.
Esto demandará de las empresas la implementación de medidas que permitan ajustarse a las nuevas regulaciones. La anticipación a estas adaptaciones puede generar ventajas competitivas que las compañías pueden aprovechar dentro de su sector económico.
Acciones pro descarbonización
Según Esteban Paniagua, especialista en Derecho Ambiental de Nassar Abogados, las empresas pueden desde ya, ajustar su operación a los propósitos del plan nacional de descarbonización, adoptando las siguientes medidas:
- Mejorar la eficiencia energética: Ajustando operación en cuanto al uso de equipos, privilegiando nuevas tecnologías más eficientes, aprovechando en la medida de lo posible horarios de trabajo que favorezcan un menor consumo, y solicitando acceso a tarifas preferenciales mediante la obtención de certificaciones de eficiencia energética.
- Transporte cero emisiones: Las empresas pueden acogerse a los beneficios contemplados en la Ley de Incentivos y Promoción para el Transporte Eléctrico, la cual contempla importantes beneficios fiscales.
- Disminuir las emisiones en el sector industrial: Modernización de procesos, disminución del consumo de combustibles fósiles, aprovechamiento de las exoneraciones al amparo de la Ley sobre Regulación del Uso Racional de la Energía, logro de certificaciones para sus productos, que puedan representar ventajas competitivas en el sector a través de la preferencia por parte del consumidor final.
- Gestión de residuos: Cumplir con lo dispuesto en la Ley para la Gestión Integral de Residuos y promover los modelos de economía circular que permita reducir la generación de residuos, reciclar y reutilizar materiales dentro del proceso productivo.
“Este tipo de medidas dependerán del tipo de negocio o actividad de cada compañía, sin embargo, en modo general conseguir la mayor eficiencia en los procesos mediante el uso de tecnologías limpias es la tendencia para que las empresas puedan mantener su competitividad en el mercado, a la vez que se adaptan a la regulación cada vez más específica en esta materia”, comentó Paniagua.
Herramientas para obtener mejores resultados
Una de las medidas más efectivas para implementar estas prácticas en la industria, a la vez que se garantiza el cumplimiento de la regulación vigente, es la combinación de los procesos de auditoría técnico-legal, los cuales tienen como objetivo la evaluación y diagnóstico del impacto ambiental de una determinada actividad.
Estos procesos no solo auditan la transformación productiva como tal en relación con materias primas o gestión de residuos, sino que también evalúan aspectos de seguridad laboral y salud ocupacional con lo cual se logra un análisis de toda la operación, tomando en cuenta a quienes intervienen en ella.
Además, permiten anticipar posibles incumplimientos legales y regulatorios que podrían eventualmente impactar la operación del negocio, al tiempo que pueden generar ventajas competitivas como disminución de costos, facilidad para el acceso a créditos o seguros, e incentivos fiscales, así como una mejora en cuanto a la percepción del consumidor final, cuando se obtienen certificaciones o etiquetas ambientales a través de estos procesos.
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