
En Centroamérica y el Caribe, la participación femenina en las áreas de ciencia y tecnología sigue siendo limitada aunque cada vez hay más. Según datos de la UNESCO, solo el 35% de las estudiantes eligen carreras en campos STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Además, solo el 33,3% de los investigadores a nivel mundial son mujeres.
Especialistas de SAS señalan que estos datos destacan la necesidad urgente de crear espacios y oportunidades que impulsen la inclusión de niñas y mujeres en estos sectores. Los cuales son clave para el desarrollo empresarial y social de la región. La integración de más mujeres en ciencia y tecnología no solo promueve la equidad de género, sino que también fortalece la economía y la innovación.
Las disciplinas STEM son fundamentales para abordar desafíos que afectan a la región, los cuales pueden ir desde el cambio climático hasta la transformación digital de las empresas. Sin embargo, persisten obstáculos que dificultan la plena participación femenina en estos campos.
Retos en áreas STEM
Uno de los principales retos es la persistencia de estereotipos de género que desalientan a las niñas desde temprana edad. La falta de referentes femeninos en el ámbito científico y tecnológico refuerza la percepción de que estas disciplinas son dominadas por hombres. Esto puede hacer que muchas niñas pierdan el interés en estas áreas antes de siquiera considerarlas como una opción profesional.
Además, la brecha de género se amplía debido a la baja representación femenina en áreas emergentes como la inteligencia artificial y la ciencia de datos.
Es fundamental trabajar en el cierre de esta brecha, ya que una mayor diversidad en estos campos no solo genera más oportunidades para las mujeres, sino que también ayuda a reducir sesgos en la tecnología y la toma de decisiones empresariales.
Reduciendo brechas
Para abordar estos desafíos, se proponen diversas estrategias:
En primer lugar, es esencial explicar el propósito y la aplicación práctica de la ciencia para atraer a más mujeres. Por ejemplo, se deberían poner énfasis en cuál es su aplicación para las distintas situaciones que se dan en el día a día de las empresas y la sociedad.
Mostrar cómo las disciplinas STEM pueden resolver problemas reales y contribuir al bienestar social puede motivar a más niñas a interesarse por estas áreas.
Otra recomendación es fomentar iniciativas de mentoría y redes de apoyo. Por ejemplo, programas como el Women's Initiative Network (WIN) de SAS buscan empoderar e inspirar a mujeres en su desarrollo profesional y personal, actuando como embajadoras de carreras STEM y compartiendo experiencias para atraer a más mujeres hacia la ciencia y la tecnología.
Gloria Cabero, de SAS, explicó
Nos hemos dado a la tarea de promover una cultura corporativa de equidad, pues consideramos que es un aliento compartido para impulsar la nueva economía. Por ello, hemos creado foros en donde las mujeres líderes se reúnen para compartir su experiencia e historia de cómo han podido emprender en el mundo laboral y cómo, apoyadas en tecnologías como la analítica, toman mejores decisiones de negocio en su día a día
Otra de las recomendaciones, es implementar políticas educativas que promuevan la igualdad de género desde la infancia. Esto incluye capacitar a docentes para que alienten a las niñas a explorar campos científicos, desarrollar planes de estudio sensibles al género y proporcionar recursos que visibilicen a mujeres destacadas en STEM.
Para ello, la colaboración entre sectores público y privado también es vital. El trabajo conjunto entre empresas y gobiernos puede generar la creación de programas de becas, pasantías y oportunidades laborales que incentiven a las jóvenes a seguir carreras en ciencia y tecnología.
Según explica Karla Guillén, directora del Colegio Iribó:
Para impulsar la participación de las niñas en carreras STEM, es fundamental que ellas estén inmersas en la construcción de proyectos basados en problemáticas que realmente les interesen, como el medio ambiente, la salud o el impacto de la tecnología en su vida cotidiana. Estos proyectos deben integrar el uso de la tecnología no solo como una herramienta, sino como un medio para el aprendizaje activo y la resolución de problemas.
De esta manera, las niñas pueden experimentar con la programación, la robótica o el diseño, la búsqueda de soluciones innovadoras de forma práctica, despertando su curiosidad y fortaleciendo su confianza en estas áreas.
Además, es esencial fomentar el aprendizaje del error como parte del proceso, permitiéndoles probar, fallar y mejorar sin temor, entendiendo que cada intento es una oportunidad de crecimiento personal.
En el Iribó, al ser un centro educativo para niñas y jóvenes de 6 a 17 años, fomentamos la conexión con mujeres que ya trabajan en carreras STEM con el fin de motivarlas para que deseen desarrollarse profesionalmente en estos campos. Estas iniciativas, junto con el apoyo de docentes y familias, pueden generar un entorno en el que las niñas se sientan inspiradas para seguir explorando la ciencia y la tecnología.
La participación de niñas y mujeres en las áreas de ciencia y tecnología es esencial para el progreso económico y social. Al derribar barreras culturales, ofrecer modelos a seguir y crear oportunidades educativas y profesionales, se sientan las bases para una sociedad más equitativa e innovadora.
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