Por: José Rafael Fernández, Abogado
No se puede entender la consagración sin conocer los hechos sucedidos en Fátima, Portugal, en el año 1917.
En la primavera del año 1916, tres niños Lucía y sus primos, Jacinta y Francisco, mientras pastoreaban sus ovejas, recibieron tres distintas visitas de un ángel, quien se identificó como el Ángel de la Paz, o el Ángel de Portugal. Después, empezando el 13 de mayo de 1917, la Virgen María se apareció a los niños seis veces, los días 13 de cada mes, (salvo en agosto que fue el día 19).
Durante la tercera aparición, el 13 de julio de 1917, la Virgen le confió a los niños lo que se ha conocido como “el secreto de Fátima”. Primero, en una visión, les mostró el infierno, e inmediatamente después les dijo:
Han visto el infierno, donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si hacen lo que yo les digo se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra terminará pero si no dejan de ofender a Dios en el reinado de Pío XI comenzará otra peor. Cuando vean una noche alumbrada por una luz desconocida sepan que es la gran señal que Dios les da de que va a castigar al mundo por sus crímenes por medio de la guerra, del hambre, de la persecución de la Iglesia y del Santo Padre. Para impedir eso vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión reparadora de los primeros sábados. Si atendieran mis deseos, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones de la Iglesia: los buenos serán martirizados; el Santo Padre tendrá que sufrir mucho; varias naciones serán aniquiladas. Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz. En Portugal el dogma de la fe se conservará siempre... (Aquí comienza la tercer parte del secreto, escrita por Lucía entre el 22 de diciembre de 1943 y el 9 de enero de 1944.) Esto no lo diga a nadie. A Francisco sí puede decírselo.
Cuando recéis el rosario, decid después de cada misterio: “Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, lleva todas las almas al cielo, especialmente las más necesitadas.”
El 13 de junio del mismo año 1929, la Virgen se volvió a aparecer a sor Lucía, y le dijo:
Ha llegado el momento en que Dios pide al Santo Padre que en unión con todos los Obispos del mundo haga la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón, prometiendo salvarla por este medio.
La consagración, tal como la pidió Nuestra Señora, por el Papa en unión con todos los Obispos del mundo, expresamente consagrando a Rusia y pidiendo la comunión reparadora durante cinco meses, el primer sábado, no se hizo, por eso, Nuestro Señor le dijo a Sor Lucía, primero el 29 de mayo de 1930:
No han querido atender Mi Petición… Al igual que el rey de Francia se arrepentirán, y la harán, pero ya será tarde. Rusia habrá ya esparcido sus errores por el mundo, provocando guerras y persecuciones a la Iglesia. ¡El Santo Padre tendrá que sufrir mucho!
Luego el 29 de agosto de 1931 Jesús dijo:
Participa a Mis Ministros que, en vista de que siguen el ejemplo del rey de Francia, en la dilación de la ejecución de Mi Petición, también lo han de seguir en la aflicción. Nunca será tarde para recurrir a Jesús y a María.
Nuestro Señor hacía referencia a la petición hecha a Luis XIV, rey de Francia el 17 de junio de 1689, a través de Margarita María de Alacoque de Consagrar Francia al Corazón de Jesús. Ni él ni si hijo ni su nieto quisieron escuchar la petición. Al final, Luis XVI la hizo, pero ya era muy tarde, la revolución masónica decapitó al rey e impuso su lema: “Igualdad, Libertad, Fraternidad”.
Análisis
La consagración del 25 de marzo de 2022, debe analizarse, indefectiblemente, a la luz de las palabras de Jesús: “… la harán pero ya será tarde…” pues, que Rusia haya esparcido sus errores, no es ya una profecía sino un dato histórico. El comunismo ha producido, desde 1917 más de cien millones de muertos, y el marxismo, ya no tanto en la lucha política, sigue vivo y con inusitada fuerza en la cultura, que ha penetrado hasta el tuétano.
¿Qué se puede esperar entonces de esa consagración?
Los efectos de la consagración, hay que analizarlos a partir de tres claves:
- La tardanza en el cumplimiento;
- La tercera parte del mensaje, sobre una grave crisis en la Iglesia y la muerte de un Papa y;
- El triunfo del Inmaculado Corazón de María.
Sin duda habrá efectos en dos ámbitos: el geopolítico y el espiritual.
En lo político, igual que la consagración del rey de Francia, no revertirá los efectos de lo que ha sucedido, ni puede esperarse que –sin más– Rusia se convierta de un día para otro. Nuestra Señora en su mensaje dice que después de la consagración y el triunfo de su Inmaculado Corazón habrá un “un tiempo de paz”, quiere decir que antes habrá un “tiempo de guerra”.
En lo espiritual, es indispensable entender que el mensaje es uno solo, no son, como a veces parece entenderse 3 “secretos” separados: primero fue predicción del fin de la primera guerra mundial y el advenimiento de la segunda, luego la visión del infierno y la futura petición de la consagración de Rusia y luego la visión final de un Santo Padre, tembloroso, acompañado de obispos, sacerdotes y religiosos caminar entre cadáveres y subir a una montaña con una cruz enorme, frente a la cual es finalmente asesinado por soldados. (Sobre esta parte, en otro momento comentaremos los hallazgos que existen sobre la visión y la explicación. Baste por ahora dejar muy firmemente establecido que el asesinato, predicho de un Sumo Pontífice no ha sucedido, pese a interpretaciones hechas en ese sentido, aún por la Santa Sede.)
Entonces, la consagración no evita ese sufrimiento espiritual espantoso en la Iglesia.
Parece entonces lógico analizar que, en todo caso, la consagración que lleve al triunfo del Inmaculado Corazón, desatará un proceso, más o menos prolongado, eso no se sabe, que acelerará los eventos normalmente producidos por las consecuencias naturales del pecado, tanto en lo material como en lo espiritual, para acortarlos y traer finalmente ese tiempo de paz prometido.
En Costa Rica
Los señores Obispos han querido unirse a la consagración y rogar por la paz y el triunfo del Inmaculado Corazón, bendito sea Dios por su corazón pastoral.
Con todo, valga el momento para hacer una petición: Debe instaurarse en las parroquias la práctica de la comunión reparadora de los primeros sábados. No hay, casi, parroquia en que esa práctica, sea accesible al pueblo y, es indispensable tomar en cuenta que el acto de reparación de los primeros sábados, va íntimamente unido al de la consagración solicitada por Nuestra Señora.
La promesa de la Virgen María
El 10 de diciembre de 1925, estando Lucía en el Convento de las Hermanas Doroteas en Pontevedra, la Virgen se le apareció con el niño Jesús en brazos y este le dijo:
Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre. Está cercado de las espinas que los hombres ingratos le clavan a cada momento, y no hay nadie que haga un acto de reparación para sacárselas.
Después dijo Nuestra Señora a Lucía:
Mira, hija mía, mi corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos los que durante cinco meses en el primer sábado se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del rosario con el fin de desagraviarme les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación.
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