Por: Sergio Villalta, Profesor UCR y MEP
Durante el último año se ha debatido si la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) está “quebrada” o no lo está. En ese sentido, examinemos únicamente el régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de la CCSS. Lo cierto es que el IVM flaquea, porque la crisis que se había anunciado para el año 2030 llegó este año.
La CCSS deberá tomar de la reserva del IVM unos ¢51 mil millones para pagar las pensiones en el 2023. Los gastos del régimen del IVM son mayores a sus ingresos.
Es decir, la cantidad de dinero que reciben los jubilados (las pensiones) del IVM es mayor, que la cantidad que pagan los trabajadores, patronos y el Estado.
Por qué sucede esto
Porque en el régimen del IVM, la generación actual de los trabajadores (los jóvenes), le pagan la jubilación a la generación que ya no trabaja formalmente (los pensionados). A este sistema piramidal de pensiones se le conoce como un "sistema de reparto".
En este régimen el dinero que hoy pagan los trabajadores no se ahorra de manera individual en una cuenta personal. Tampoco esos recursos pertenecen a los jóvenes “cotizantes”. Además, en caso que el cotizante fallezca, su familia no recibe los fondos acumulados que durante años la persona pagó.
En un sistema de reparto todos los recursos que pagan los empleados, patronos y el "Estado", se acumulan en un fondo común. De esa gran bolsa se reparten las pensiones que reciben los jubilados.
Qué se necesita para que el “sistema de reparto” funcione
Se necesita que por cada jubilado exista un número grande de personas jóvenes que trabajen y coticen. Hace 50 años existían muchas personas cotizando por cada pensionado.
Pero si el número de trabajadores disminuye porque la población envejece, además, si disminuye la tasa de natalidad entonces el sistema empieza a renquear. Se calcula que hoy existen muy pocos cotizantes por cada jubilado.
Por esta razón los recursos que entran al IVM son menores que sus gastos. Además, al envejecer la población la cantidad de jubilados aumenta todos los años. Entonces, por un lado, la cantidad de jóvenes trabajando disminuye y, por otra parte, la cantidad de jubilados aumenta. No es difícil ver que el sistema es un castillo de arena que está condenado a derrumbarse.
¿Se soluciona el problema si el Estado paga lo que debe?
Se menciona que la deuda del gobierno con el régimen del IVM asciende a ¢531 mil millones. Se argumenta que si el gobierno pagara su deuda el IVM saldría a flote. Pero se olvida que el pago del Estado también sale del bolsillo de los empleados y patronos.
Porque para realizar cualquier pago el Estado debe antes capturar esos recursos de las personas que pagan impuestos. El aporte estatal en realidad sale del bolsillo del pagador de impuestos, en consecuencia, esta no es una solución.
¿Para qué salvar un sistema que tiene un defecto incorregible?
Es evidente que el sistema actual está condenado a derrumbarse por su propio peso. Las soluciones que flotan en este mar de problemas se agrupan en tres campos:
- Aumentar las cotizaciones (los ingresos).
- Disminuir las pensiones (los gastos).
- Aumentar la edad de jubilación (una combinación de ambas)
Las primeras dos "soluciones" son explícitamente confiscatorias, es decir, no pueden considerarse una solución. Aumentar el monto de las cotizaciones y al mismo tiempo disminuir el monto mensual que recibirán los jubilados es una injusticia que debe rechazarse.
En cualquiera de los dos casos se estaría sacrificando el bienestar de millones de personas y sus familias, para salvar un sistema que es imposible que funcione según las condiciones demográficas de la población.
La tercera "solución" es también implícitamente confiscatoria, porque reduce los años en que las personas disfrutarán de su jubilación y aumenta los años en que deberán seguir cotizando. Esto tampoco puede considerarse una solución justa.
Es hora de cambiar el sistema y empezar la transición hacia un sistema de capitalización individual, donde los trabajadores y sus familias sean los propietarios de los ahorros que van a financiar su jubilación. Entre más temprano se haga la transición, menos doloroso será el cambio para todos.
- Un llamado a la paz en esta Navidad - 5 de diciembre de 2024
- Moto tag le ayudará a encontrar eso que siempre pierde - 4 de diciembre de 2024
- Las 5 etapas para liderar una Pyme - 3 de diciembre de 2024
Comentarios