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Doña Estrella de Carazo

Por: Vladimir de la Cruz, Historiador

Cariñosamente se le conocía como Doña Estrella, aún siendo la esposa del Presidente Rodrigo Carazo Odio, 1978-1982.

Si por su estirpe, su raíz o linaje familiar se le apreciara, en la concepción tradicional, fue bisnieta del Presidente de la República, Saturnino Lizano Gutiérrez (6 de julio de 1882 - 10 de agosto de 1882), quien estuvo casado con la hija del Presidente Tomás Guardia Gutiérrez. De su primer matrimonio con Procopia Casares y Moreno, tuvo tres hijos, uno de ellos, Nicolás Lizano Casares, del cual doña Estrella fue nieta. A la vez fue nieta del luchador social, gran poeta, escritor y compositor de la Letra del Himno Nacional, José María Zeledón Brenes, Billo Zeledón como se le dice cariñosamente. Quizá a doña Estrella se  le relaciona  más públicamente con el compositor nacional que con su bisabuelo Presidente.

La conocí desde la década del 70 por Rodrigo Carazo que fue profesor mío y de mi esposa, de un curso en la Universidad de Costa Rica, luego fuimos colegas en la Cátedra de Historia de las Instituciones de Costa Rica.

La traté en muchas ocasiones, primero como la esposa del diputado Carazo, 1966-1970, cuando formó parte del grupo de diputados que se opuso al Contrato Ley de la ALCOA, época en que yo formaba parte de la dirigencia estudiantil universitaria, y dirigíamos esa lucha, desde  marzo de 1969, cuando habíamos iniciado la lucha contra la aprobación de ese Contrato.

Luego fueron los tiempos de la lucha contra el Distrito Financiero Internacional que se quiso montar en el gobierno de José Figueres, y la lucha contra la presencia de Robert Vesco en Costa Rica, traído en esta misma Administración en que compartimos trincheras.

En algunas otras luchas populares de esos años también estuvo, como la abolición del segundo párrafo del Artículo 98  de la Constitución Política, que se aplicaba para prohibir la legalidad y participación electoral del Partido Vanguardia Popular, Partido Comunista costarricense.

Después fue la lucha de solidaridad con el movimiento insurgente en Nicaragua, y el Frente Sandinista de Liberación Nacional, que lo lideraba, contra la dictadura de Somoza, donde Carazo, y particularmente su Gobierno, jugó un papel muy importante y destacado.

Su Gobierno, que fue bastante difícil en muchos aspectos, hasta con la expulsión del país de los funcionarios internacionales del Fondo Monetario Internacional, que repercutieron fuertemente en el país, y por la expulsión de representantes de la Embajada Soviética, para equilibrar, con figuras en su Gabinete, como la Ministra de Trabajo, Estela Quesada, muy objetada por el movimiento sindical del país, y por los partidos de izquierda, hizo que Carazo terminara su gobierno, con altos y bajos en la opinión pública.

En todas estas luchas estaba su esposa, acompañándolo solidariamente. En las luchas contra el Tratado de Libre Comercio también estuvo doña Estrella. Ahí, también la conocimos en la lucha y la tratamos.

También la traté como abuela de nietos que practicaban el deporte de la natación; y como contemporáneo de sus hijos en la Facultad de Derecho, en la Universidad de Costa Rica.

Doña Estrella siempre era amable, servicial, atenta, diligente, de buen trato, mostrando una fina, delicada y esmerada educación. En su función pública era de puertas abiertas, siempre dispuesta a servir a quien le solicitara su atención.

Doña Estrella fue hija de Jorge Zeledón Venegas y de María Lizano Matamoros. Se casó con Rodrigo Carazo Odio a los 17 años, teniendo Rodrigo 20 años. Rodrigo Alberto, su primer hijo nació entre los primeros tiros y balazos de la Guerra Civil de 1948. Rodrigo Carazo ya despuntaba como dirigente estudiantil universitario en esos años y luego se desarrolla como dirigente político. Doña Estrella con una educación pulida en el Colegio de Sión, durante algunos años se desempeñó como docente, por un breve tiempo, en esa institución.

Desde que Rodrigo Carazo se involucró en la política como dirigente estudiantil doña Estrella se convirtió en su sombra, acompañándolo por el resto de su vida y participando activamente de sus compromisos políticos o laborales, en Costa Rica como en el extranjero, como cuando vivió en Venezuela. La participación de Doña Estrella era en la primera fila política, no tanto en las actividades sociales que se organizaban alrededor de su esposo.

En la década de 1970, cuando Rodrigo Carazo se separó del Partido Liberación Nacional, y fundó el Partido Renovación Democrática (elecciones de 1974) eligiendo pocos diputados, doña Estrella ya ocupaba un lugar destacado en el sector femenino de ese Partido.

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Para la elección de 1978, cuando se constituyó la Coalición Unidad que agrupó a los partidos políticos Renovación Democrática, Unión Popular, Republicano Calderonista y Demócrata Cristiano, que llevó a Rodrigo Carazo a la Presidencia, doña Estrella ya resaltaba como figura pública, que atraía grandemente junto con Rodrigo, como personas y como pareja presidencial, grandes simpatías, y se ganaba el afecto y el cariño popular.

En las campañas electorales de 1974 y 1978 doña Estrella fue oradora política, de tribuna, de calle, de manifestaciones, lo que no era muy usual entre las esposas de los candidatos de aquellas épocas, que todavía tenían un papel discreto.

Cuando llegó a la Casa Presidencial como Primera Dama, fue de puertas abiertas para quien le solicitara audiencia, sin que nunca se le hubiera subido el puesto a la cabeza. Se mantuvo siempre sencilla. Le tocó ocupar una Oficina destinada a “Protocolo”, porque no había oficina para la Primera Dama, como hoy existe.

En su sencilla oficina fue de tiempo completo, con un apoyo logístico de personal que le era prestado de otros ministerios, como sucedió con muchas Primeras Damas posteriores, además de voluntarios que se sumaban a su “Despacho”, junto a algunas esposas de Ministros, que le acompañaban con gran mística en sus tareas.

Durante dos años Rodrigo Carazo y doña Estrella trabajaron en la vieja Casa Presidencial, ubicada donde hoy está el Tribunal Supremo de Elecciones. Sus últimos dos años los ejercieron desde el edificio actual en Zapote.

Bajo el impulso de doña Estrella se estableció el Sistema Nacional de Atención a la Familia, para atender a niños y discapacitados, impulsó guarderías para niños por medio del Ministerio de Trabajo.

Fue preocupación de doña Estrella el desarrollar aulas diferenciadas en las escuelas primarias. Con ella el concepto de familia empezó a modernizarse en el campo de la acción pública y gubernativa. A ella se le debe el desarrollo de los llamados “Hogarcitos”, con el propósito de darle mejor cobijo, de entorno familiar, a los niños huérfanos, que bajo la tutela del Patronato Nacional de la Infancia, y mujeres a cargo de estos “hogarcitos” procuraba ayudar a desarrollarlos en entornos y ambientes familiares.

Doña Estrella también promovió los espacios de esparcimiento y de recreación, preocupándose de los espacios infantiles y de aquellos espacios que popularmente pudieran disfrutar también las familias, como el llamado Parque del Este.

Bajo su impulso se fortalecieron las políticas  ya desarrolladas, de los dos gobiernos anteriores, de José Figueres Ferrer y Daniel Oduber Quirós, orientadas a los jóvenes en el campo cultural, musical y artístico.

En el campo de la atención a los adultos le puso énfasis, como tarea de su Despacho de Primera Dama, a aquellos que tenían problemas de alcoholismo.

En su gestión, y en los recursos que se le asignaban, sabía disponer de ellos sin despilfarrar un céntimo.

En 1980, fue distinguida al incorporársele en el Consejo Ejecutivo de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), puesto en el que se desempeñó hasta 1985, hasta tres años después de haber dejado su condición de Primera Dama.

En 1983, bajo el gobierno de Luis Alberto Monge, 1982-1986, los partidos políticos que habían constituido la Coalición Unidad se fusionaron originando el Partido Unidad Social Cristiana, del cual Rodrigo Carazo y Estrella Zeledón fueron pilares importantes en sus años de arranque.

Se le asocia a doña Estrella en el impulso para crear el Museo de los Niños, que se materializó con la Primera Dama Gloria Bejarano de Calderón, y con el Parque de Diversiones.

Doña Estrella será recordada siempre como una Gran Primera Dama de la República, como una gran costarricense, como una gran persona.

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