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No todo es bullying

“Ahora todo es bullying”, dicen algunos padres de familia. Y sí, pareciera que no se manejan bien las diferencias entre lo que es el acoso escolar que sí es bullying y el acoso en el trabajo o acoso laboral, o la violencia intrafamiliar o el matonismo callejero, o un pleito o desacuerdo entre compañeros de colegio.

Ingrid Naranjo, psicóloga experta en bullying.

Realmente el bullying solo ocurre en el centro educativo y es repetitivo; puede darse en el preescolar, la escuela, el colegio o la universidad; según la organización Stop Bullying Costa Rica “es una intimidación no deseada, agresiva entre los niños y adolescentes (inclusive entre adultos) en el ambiente académico con un comportamiento repetitivo.

Para la Psicóloga Ingrid Naranjo, quien lo hace puede tener entre otras, causas psicológicas o patologías, y quien lo sufre no tiene causas sino consecuencias que son traumas y que pueden desencadenar otros problemas como las crisis de pánico y la ansiedad. Lo importante acá es saber que esos menores hacen daño y que en algunos casos es posible que se den cuenta y si bien no lo pueden revertir, al menos reconocen que su actuar fue incorrecto y quizá lo corrijan pero no es así en todos los casos, pues hay niños con personalidades “enfermas”.

Para Javier Miglio, de la Asociación Bullying sin Fronteras, “es un enemigo silencioso que se nutre de tres venenos: la soledad, la tristeza y el miedo”.

Los estudios sobre lo que actualmente conocemos como bullying los inició el etólogo austríaco Konrad Lorenz, cuando vio que los animales débiles se unían entre sí para atacar al que creían que era más fuerte que ellos y así lograr sobrevivir. Lorenz vio que en los humanos pasaba algo similar con la persona diferente, extraña, sobresaliente, etc. Se hacía una especie de unión de “iguales” contra el “diferente”.

Contrario a lo que se maneja a nivel social, el bullying no es un tema de moda. De hecho se estudia desde hace más de 40 años, cuando los niños comenzaron a asistir a las escuelas de forma generalizada.

Expertos en psicología no aseguran que esta problemática vaya en aumento, lo que ocurre es que en la actualidad hay mucha más apertura y sensibilidad social en relación con el tema. A raíz de ello, tanto los afectados como sus familias tienden a denunciar este tipo de casos y a la vez presionan con el fin de obtener soluciones. A estas acciones se suman los medios de comunicación, que difunden con más frecuencia, noticias acerca de la problemática.

Es o no es

De acuerdo con los especialistas en el tema, es importante destacar que para hablar de bullying, primero se debe tomar en cuenta ciertas características puntuales como por ejemplo:

  • Las agresiones deben darse de manera reiterada, sostenida y siempre a la misma persona que no puede defenderse por miedo y calla los ataques porque diga lo que diga ya nadie le cree o nadie le escucha.
  • El hostigador o la hostigadora, intimida a la otra persona mediante agresiones verbales, físicas, psicológicas o mediante exclusiones.

De acuerdo con el organismo “Libres de Bullying”, los padres deben evitar instar a sus hijos a devolver la agresión u obligarlos a evitar el acoso solos sin brindarles ningún tipo de apoyo. Esto podría resultar devastador para ellos. De hecho, según Naranjo, el 70% de los casos de bullying ocurren frente al profesor o profesora, lo que denota la falta de acción del mismo sistema educativo.

Para Naranjo, “una vez que se haya identificado el caso es crucial iniciar un acompañamiento en equipo (víctima, familia y centro educativo), siempre en un ambiente de confianza y compañerismo y sin exponer a la víctima”.

Costa Rica es el segundo país a nivel mundial en casos de bullying, sólo superado por República Dominicana. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es un problema que afecta de forma frecuente al 8,9% de los alumnos adolescentes en los países que integran la OCDE.

Tipos de Bullying

El organismo “Stop Bullying” identifica principalmente 4 tipos de acoso entre estudiantes:

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Acoso verbal: Consiste en decir o escribir cosas desagradables. Estamos hablando de burlas, insultos, comentarios sexuales inapropiados, burlas y amenazas.

Acoso social: Abarca acoso en relaciones, consiste en dañar la reputación o las relaciones de una persona. El acoso social incluye: dejar a una persona de lado a propósito, decirle a otros niños que no deben ser amigos de esa persona, divulgar rumores acerca de la persona, avergonzarla en público.

Acoso físico: Involucra dañar el cuerpo o las posesiones de una persona. Golpear, patear, pellizcar, escupir, hacer tropezar, empujar, tomar o romper las cosas de otra persona, hacer gestos desagradables o inadecuados con la mano.

Cyberbullying:  Tiene lugar en dispositivos digitales, como teléfonos celulares, computadoras y tabletas. El ciberacoso puede ocurrir mediante mensajes de texto y aplicaciones, o en las redes sociales, foros o juegos donde las personas pueden ver, participar o compartir contenido.

El ciberacoso incluye enviar, publicar o compartir contenido negativo, perjudicial, falso, o cruel sobre otra persona. Esto puede incluir compartir información personal o privada sobre alguien más, provocándole humillación o vergüenza. Algunos acosos por Internet pasan a ser un comportamiento ilegal o criminal.

Cuando el bullying pasa a las redes sociales, es la misma dinámica pero con estos elementos y que junto con el anonimato y sin días libres o feriados le hace mayormente dañino.

Todos los tipos de bullying –según Naranjo- pueden dejar un daño psicológico real a sus víctimas, un síndrome de estrés postraumático que dura hasta 40 años según investigaciones con adultos que sufrieron bullying.

No lo pase por alto

El bullying va más allá de la pincelada que vemos en medios de comunicación, series o películas. El bullying es real y puede acechar en cualquier momento a nuestros hijos, ya sea como víctima o victimario.

Según Naranjo, en Costa Rica el 60% de los estudiantes lo recibe y 21 niños han decidido acabar con su vida por esta causa. Asimismo, el 23% de los que empiezan como acoso, se convierten en cyberbullying; por lo que se recomienda que los padres de familia tengan acceso al computador y al teléfono de sus hijos; lo cual es un derecho y un deber del padre o madre de familia.

Atención a las alertas

Si bien es cierto, hay señales que pueden resultar muy evidentes, existen otras que requieren un poco más de atención tales como:

  • No querer ir a clases.
  • Cambios radicales en su conducta.
  • Disminución en el rendimiento escolar.
  • Desvelo en horas de la madrugada.
  • Dolencias físicas por somatización.
  • Aborrecimiento a la clase de educación física (por asedio).

Direccionando las ayudas

Por lo general tendemos a pensar que quienes deben obtener ayuda inmediata en los casos de bullying son las víctimas, sin embargo la atención debe ir en todas direcciones por igual: Agresor, víctima e incluso testigos deben ser tratados, esto con el objetivo de garantizar la erradicación del acoso y minimizar sus efectos.

En el caso de niños, niñas o jóvenes que fomentan el bullying, es necesario mostrarles cuáles son los comportamientos que se consideran problemáticos y generar conciencia acerca de la seriedad del tema.

De acuerdo con “Stop bullying”, es necesario involucrar al niño que ejerció el maltrato para compensar o enmendar la situación. El objetivo es ayudarle a ver cómo sus acciones afectan a otros; y se debe realizar un seguimiento con formas de ayudar al niño o a la niña que ejerció el acoso para que comprenda de qué manera lo que hace afecta a otras personas. Por ejemplo, que elogie las acciones amables o hable sobre lo que significa ser buen amigo o amiga. Está claro que la institución educativa debe ayudar a solventar el problema del acosador así como del acosado. Para ello existen modelos de protocolos como el del Ministerio de Educación Pública y la Ley #9404, Ley Contra el Bullying.

Gabriela Zamora
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Comunicadora con más de 20 años de experiencia en medios y consultoría. Licenciada en Ciencias de la Comunicación Colectiva con énfasis en Periodismo, Universidad de Costa Rica.

 

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Comunicadora con más de 20 años de experiencia en medios y consultoría. Licenciada en Ciencias de la Comunicación Colectiva con énfasis en Periodismo, Universidad de Costa Rica.
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