Ante la pandemia del Covid-19, América Latina y el Caribe enfrentan nuevos desafíos y retos en materia de educación, entre ellos: la equidad e inclusión, la calidad y permanencia, y la capacidad de adaptación.
Un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO), resalta que la contracción de la actividad económica, llama a salvaguardar el financiamiento como una prioridad fundamental para proteger los sistemas educativos.
Datos de la UNESCO indican que en 25 países de la región, el gasto educativo habría aumentado un 3,6% del 2019 al 2020, de no ser por la pandemia. Sin embargo, por la contracción económica, la cantidad de recursos disponibles para la educación podría disminuir más del 9%, con consecuencias en el presupuesto del 2021.
Acciones con potencial de solucionar problemáticas
El documento resalta la urgencia de calcular los costos de los sistemas educativos y priorizar el gasto; también enfatiza en la importancia de garantizar la protección de la educación como un derecho humano fundamental y aprovechar así, el potencial transformador de la educación para contribuir a la recuperación social.
Para mantener la equidad e inclusión, la CEPAL y la UNESCO recomiendan centrarse en los grupos de población más vulnerables y marginados, incluidos pueblos indígenas, población afrodescendiente, personas refugiadas, desplazadas y migrantes; personas con discapacidad y también las socioeconómicamente más desfavorecidas.
“La pandemia ha puesto en evidencia la deuda en inclusión digital y señala que la desigualdad en el acceso a oportunidades educativas por la vía digital, aumenta las brechas preexistentes en materia de acceso a la información y el conocimiento, lo que dificulta la socialización y la inclusión en general”, dice el informe.
En cuanto a la calidad y pertenencia, el documento explica que se debe priorizar la mejora de los contenidos de los programas de estudios, y en el apoyo especializado al personal docente, con el fin de que se puedan asegurar las condiciones contractuales y el bienestar en particular.
Otro de los retos que el texto indica, está relacionado con la preparación para responder ante la crisis, es decir, la resiliencia y capacidad de adaptación por parte de los sistemas de educación y de los servicios sociales.
“Las estrategias de retorno y recuperación de los procesos educativos requieren coordinar y articular la planificación y la ejecución del sector educativo con la de otros sectores, en particular, en lo que respecta a la salud, la nutrición y la protección social”, señalan las instituciones.
Iniciativas novedosas y prácticas prometedoras
Las iniciativas novedosas y las prácticas prometedoras ante la situación, también fueron mencionadas en el informe. Según los organismos de las Naciones Unidas, se han hecho importantes avances en tiempo récord para intentar garantizar la continuidad del aprendizaje.
“Es preciso replantear los contenidos y la organización del aprendizaje de cara a las lecciones que hasta ahora, nos deja la pandemia: contenidos que preparen a los estudiantes para comprender la realidad”, puntualiza el informe.
Para la CEPAL y la UNESCO, la crisis provocada por el Covid-19 ofrece una oportunidad sin precedentes para aumentar la capacidad de recuperación de los sistemas educativos y transformarlos en sistemas equitativos e inclusivos.
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