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Ermita de Aquiares una joya en un latifundio cafetalero

La hermosa ermita de San José se construyó a inicios de 1930, en el interior de la finca cafetalera Aquiares, en Santa Rosa de Turrialba.

El latifundio que inicialmente creó el comerciante Stanley Lindo Morales (Kingston, Jamaica, 1875 - New Orleans, Estados Unidos, 1958) alberga la Ermita de Aquiares. Esta se construyó gracias el empeño de la esposa del comerciante Lindo Morales, la señora Rosalía Acuña, para que la comunidad de trabajadores que conformaron el poblado del mismo nombre, tuviera acceso a servicios religiosos. 

Para equipar la ermita, los Lindo no escatimaron en elementos ornamentales. El altar mayor fue confeccionado por el escultor Ferdinand Stuflesser e importado desde Italia. La imagen de San José, a quien se le dedicó el templo y, sobre todo, los hermosos vitrales hechos por la firma alemana Wilh Derix Kevelaer Goech, son bienes de valor histórico, pero, además, de alto valor artístico con los que aún cuenta el inmueble.

En su construcción se empleó una estructura de madera con recubrimiento en sus fachadas de láminas metálicas almohadilladas que semejan ladrillos, mientras que todo su interior es de tablilla de madera biselada. Las paredes y el cielo raso poseen diseños geométricos decorativos; los pisos, hermosos y coloridos mosaicos antiguos.

La ermita luce elementos arquitectónicos de influencia georgiana. En su fachada principal se aprecia un pórtico de entrada, sustentado por seis columnas de madera, formando un amplio corredor. Posee una puerta central con doble hoja y arco de medio punto, además, una puerta pequeña de una sola hoja a cada lado de este pórtico que, al igual que los ventanales, también poseen esta forma. 

Cada uno de los laterales del edificio tiene cinco de estos ventanales: uno pequeño, tres iguales y el último compuesto y mucho más amplio. Ocho de estos diez ventanales están decorados con vitrales con alegorías bíblicas de gran valor artístico.

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Sobre el pórtico de entrada luce un campanario central con un reloj, también traído de Italia, y quince ventanillas de linternilla con arco de medio punto; tres a mitad de la torre y doce en la parte superior del campanario. 

Al valor como patrimonio científico, histórico y social de este templo, así como al de otras edificaciones que componen el conjunto del sitio patrimonial Aquiares, se debe agregar que es de los escasos testimonios de la tipología arquitectónica que se desarrolló en las haciendas cafetaleras y cañeras de la región de Turrialba-Reventazón entre 1890 y 1930.

Templos metálicos

Otros templos metálicos de la zona son el de Pavones y el de La Pastora. Sin embargo, el templo católico de Aquiares es un exponente casi único, incluso en la región Caribe, que representa la influencia de la cultura anglo-antillana en el país.

Fue declarado patrimonio histórico-arquitectónico en 1997, mediante el decreto ejecutivo Nº 26271-C. Estudio técnico elaborado por Carlos Zamora Hernández, historiador del Centro de Patrimonio Cultural, 1996.

Centro de Patrimonio Cultural realizó visita técnica

En atención a una solicitud y con motivo de asesorar sobre su conservación, tres profesionales del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural visitaron este templo. Por parte de la comunidad, les recibieron Rosa María Delgado, Carlos Fernández y Alberto Granados, quienes brindaron un recorrido por toda la edificación, incluyendo el campanario. 

El personal técnico del Centro de Patrimonio Cultural valoró los detalles de interés que les expusieron los líderes comunales, tomaron nota de los puntos clave del recorrido y realizaron un informe técnico arquitectónico, topográfico y electromecánico del inmueble patrimonial, como parte del monitoreo y asesoría que brinda la institución.

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About the Author: Ana Lucía Fallas Zamora

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