El planeta se mantuvo con temperaturas estables durante 10.000 años aproximadamente. Actualmente, las acciones del ser humano han calentado el planeta en más de un grado.
Más del 90 % de todo el calor extra de la atmósfera, producto de las emisiones de gases efecto invernadero, es absorbido por los océanos, con implicaciones que hasta ahora se están empezando a entender.
En los océanos ocurre la captación del 30% del carbono proveniente de las emisiones del dióxido de carbono (CO2), que se producen cuando quemamos petróleo, gas y carbón, o destruimos los bosques.
Según el análisis del Foro Económico Mundial llamado el "Futuro de la naturaleza y los negocios", el sistema de producción alimentaria y el uso de la tierra y de los océanos, ocasiona más efectos negativos que su aporte a la economía. Se ha calculado que este sistema alcanza los US$12 trillones, excediendo su contribución al Producto Interno Bruto (PIB) mundial.
Vida marina está en peligro
A medida que el océano sufre por el calentamiento global, la vida marina puede enfermar o incluso morir. Los arrecifes de coral dependen de una simbiosis con algas que les proporcionan alimento, por medio de la fotosíntesis.
En aguas muy calientes el alga no produce alimento, muere y causa lo que se conoce como el blanqueamiento de corales. Los arrecifes proporcionan refugio, alimento y un espacio para la reproducción de un 25% de todas las especies marinas, incluyendo peces de importancia económica como crustáceos (camarones, langostas y cangrejos) y otros.
La explotación insostenible de los recursos marinos sumada a los efectos del cambio climático, generan impactos acumulativos que debilitan la capacidad del océano para continuar brindando todos estos servicios.
Proponen aumentar protección de áreas alrededor de Isla del Coco
Catalina Molina, bióloga de la Fundación Amigos Isla del Coco (FAICO), comentó que ante esta situación, han impulsado una propuesta para aumentar la protección de las áreas alrededor de Isla del Coco y los Montes Submarinos, mediante un proceso que es liderado por el Estado y es apoyado por diferentes actores sociales y científicos.
Recordó que la ciencia ha demostrado que las áreas marinas que son protegidas, son excelentes para obtener un triple beneficio: la protección de la biodiversidad, la producción pesquera y la mitigación del cambio climático. Las redes de áreas marinas protegidas bien integradas y donde se manejen las presiones, pueden aumentar la supervivencia de las especies al permitirles moverse a lo largo de todo su rango de acción.
La bióloga de FAICO, explicó: “Todas las personas tenemos un rol que cumplir para aportar en las soluciones frente al cambio climático. Tenemos que asumir la responsabilidad de informarnos acerca de cómo nuestras acciones cotidianas y las políticas que escuchamos y decidamos apoyar o prestar nulo interés, afectan el bienestar del país, del planeta y de toda la humanidad”.
Hace pocos días, el futuro de los océanos jugó un rol fundamental dentro de las negociaciones de la Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), en la cual se enfatizó en la necesidad del trabajo colaborativo, la investigación y la búsqueda de soluciones que garanticen un océano saludable, resiliente y biodiverso para las próximas generaciones.
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