Por: Roxana Víquez, experta en Responsabilidad Social Empresarial
Desde hace décadas sabemos que los gobiernos, por sí solos, son incapaces de resolver los gravísimos problemas que enfrenta la sociedad. Esto es aún más cierto en medio de la pandemia por Covid-19, donde resulta imprescindible el concurso del sector productivo y la sociedad civil, para diseñar y ejecutar, conjuntamente con el Estado, programas innovadores que permitan abordar tanto los viejos como los nuevos retos que hoy nos agobian.
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) constituyen un acuerdo mundial sin precedentes, el más importante, retador e inclusivo que la humanidad se haya propuesto en su historia. Estos definen la Agenda 2015-2030 que la mayoría de los países ha refrendado y asumido para canalizar, alinear y ordenar sus esfuerzos en materia de desarrollo, con miras al alcance de las 169 metas cuyo logro cambiaría por completo la realidad mundial vigente.
Una de las novedades de los ODS, es la inclusión del sector privado empresarial como un jugador de privilegio, proponiéndole formas específicas de aportar, e invitándole a aprovechar las oportunidades de este novedoso enfoque: mercados, productos y servicios diferentes, que contribuyan a la triple perspectiva del desarrollo sostenible, económica, social y ambiental.
Estudio demuestra que empresas no accionan para cumplir objetivos
El estudio: “ODS: Alineamiento y avance de las empresas”, impulsado por LEAD University, permitió analizar bajo esa lupa, a un grupo de grandes compañías con presencia en Costa Rica.
Sus hallazgos demuestran que las entrevistadas conocen los ODS, y que si bien han logrado determinar cómo sus actividades ordinarias inciden en uno o varios de estos, no necesariamente han implementado esfuerzos suficientes, adicionales y explícitos en ese sentido.
Lo anterior es preocupante, pues limitarse a contabilizar lo que hacen bien, no alcanza para lograr el verdadero desarrollo.
El compromiso de las empresas con los ODS debería nacer de esfuerzos incrementales, claros y medibles, incluyendo acciones nuevas y diferentes. De lo contrario, el impacto queda limitado a los beneficios innegables del quehacer empresarial ordinario, que se queda corto frente a los cambios profundos que el mundo necesita.
Pocas con sistemas de gestión de sostenibilidad
Otro hallazgo relevante es que muy pocas cuentan con sistemas de gestión de la sostenibilidad; la mayoría carece de indicadores y objetivos numéricos para medir su contribución y prácticamente todas muestran debilidades en la comunicación interna y externa de sus avances.
En muchos casos, la sostenibilidad se maneja como un ‘apéndice’ al quehacer empresarial, mostrando débil vinculación y alineamiento con la estrategia comercial.
Esto parece derivarse del desconocimiento de algunos líderes sobre el aporte que los ODS podría brindar a su estrategia de negocios y a la sostenibilidad futura de su propia organización. A esto se suma la ausencia casi total de las cámaras empresariales en el tema, que pudiendo fomentarlo, se mantienen al margen e ignoran el importante rol que podrían jugar como coordinadores de programas sectoriales para abordar las problemáticas presentes en la sociedad, utilizando como norte los ODS.
Aún falta mucho camino por recorrer. No obstante, este primer estudio se presenta como una línea base cinco años después de aprobados los ODS y a la vez, como una luz de alerta para invitar a las empresas a asumir este reto con compromisos más claros y contundentes, dirigidos al diseño de un modelo de negocios verdaderamente sostenible, que nos permita llegar victoriosos al umbral 2030.
- Moto tag le ayudará a encontrar eso que siempre pierde - 4 de diciembre de 2024
- Las 5 etapas para liderar una Pyme - 3 de diciembre de 2024
- Inclusión y equidad, la deuda existente para personas con discapacidad intelectual - 3 de diciembre de 2024
Comentarios